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Historia

Capítulo 4 4

Palabras:2946    |    Actualizado en: 01/07/2021

ada con encontrárselo y un poco con la fantasía de ser besada con pasión contra la pared, pero en vez de eso se m

, piensa un poco calculando que ha hecho durante el último año. El recordatorio más obvio lo tiene en las facturas de la

as conversaciones de sus compañeros de trabajo sobre los protagonistas de los últimos

aro y

Migue, p

igual, conoces a alguien

eso, si ganarás lo mismo

miseria... mmm pero eso nu

estoy esperando la llamada de Juan Camilo para salir con él, p

ué pro

les 2x1 ya es un poco tarde

s qué est

ón y el exorcismo... o la

veo nada de terror a menos

ca ha sido un problema, mi

JA JA... mmm no hay

M:

pereza de salir, como

si quieres hablamos mañan

G:

ro que tiene abandonado, ¿cuándo fue la última vez que leí? Encuentra el separador de página y retoma la lectura, pronto está inmersa en hist

, estas?

an 15 minutos para

, estaba

uto Juan Camilo ya

: H

cóm

pensando en cump

qué pro

omida... c

ja me encantan

te re

, ayer alguien me trasnochó

en

a qué hora

o ya, estaré en t

terminar en sexo y por mucho que lo desee no quiere hacerlo tan pronto. Mira el chat y se pregunta cuál será la respuesta corr

r mañana en la noc

quedado de salir con Miguel... quiz

ien... qué

ía abandonado, así que me h

endo uno nada interes

ón de biblioteca, ya que leo desde los novelones más malos

y ahora que e

... lo admito c

rios placeres culposos tuyos... incluyendo el de excita

e... es solo uno y admito que ese

mm nos

ostrando lo obvio, pero y ¿si fuera diferente? No

no, recó

es el plan.

jajajaj

viso cuan

insegura de cómo podría terminar la noche, así que se puso jeans y decidió no depila

y jeans, se ve mucho más joven que en el trabajo y se parec

Carolina con t

o para abrirle la puerta. A pesar de que Juan Camilo la quiere be

trica, antes de arrancar Juan le pone la man

mbre de algo

i me vas a alimentar –

ostre... ¿acaso no es obvio? A

la razón...

ecto – responde él siem

ue tú nunca comes

poco, pero no es porque no me g

es una cocinada... -

a que seas tan fá

deuda conmigo

é te

en mi música antes de ayer, así que me

r solo ¿qué? cinco canciones de ¿1.00

pensando – me debes un postre completo, porque a pesar de mis advertencias de que n

. mmm en ese caso yo sí que

¿Q

me quitaste la mano y casi, casi la cara..

n piso 17, no se si lo recuerdas o

ara recordarlo... la verdad es que

en algo, mmm – dice Carolina coqueta, mientras remata

dice Juan Camilo haci

guiente deuda sí qu

e él simulando estar ll

s que quedé tan aturdida que salí a comer c

que habías aceptado la inv

no tu sabes el orden de los

anta la risa y sue

ubrir que eres una ex

o sobre la pierna de Carolina, ella agradece haberse qu

te a donde vamos – dice Juan, mientras

lo

alguna otra deuda de

entiras, me acabo de acordar de otra

A v

una acusación, ¿cómo es que me tocas la piern

e gu

Carolina acaba de rubo

o te

un poco en

n al frente del carro y Juan Camilo le da el beso que ella no quiso darle cuando se encontraron. La reacció

sofás y mesas bajas. Cuando Carolina lo ve agradece nuevamente haber

egunta Carolina antes de

íe Juan Camilo – me parece una buena

dice ella un p

ue yo

derrotada ante una re

inarios. Comienzan a besarse olvidando por un instante que están en un restaurante. El mesero se aclara la garganta para interrumpirlos y les pregunta que desean ordenar. Ademá

Guzmán, si sobra podrá ll

n tantos que me alcanzará para el

está reservado p

elve un poco el estómago. No sabe a dónde va todo lo que ha pasado, y no ha querido comportarse como una mujer normal ilusionándos

– dice Carolina tom

aro,

17, te dije que podí

que vas a pregu

del estómago y la libido. Se queda callada mirando hacia el

ndo las lágrimas, se toma otro trago de sake y logra sostener

hí, ir al baño, recuperarse y volver. Ella ya lo sabía y creía que er

baño, las lágrimas han desaparecido completamente, pero se lava cara con un poco de agua fría de todas formas. Toma una bocanada de aire y comienza a calmarse. Ahora no siente tristeza, solo rab

. Juan Camilo está chateando en su celular y no nota su aproxim

tás b

luego de respira

ué p

e es sincero con ella, ¿no podía decir una pequeña mentira? Y al mismo tiempo ¡que buen hombre, por no mentir! – o sí, hay algo, te acabas de volver mucho más interesante porque poc

responde Juan Cami

u juego y que ahora soy yo la que

quieras, pero no dudo en que

japonesa y Juan Camilo de

e en Japón – dice

– pregunt

ndió el odio profundo que

o que una bomba atómica

toda la

olla de forma calmada, mezcland

eres p

s Juan, est

Un

ombina mucho el café con

ibas a volver a so

y acompaña el comentario p

ave y está acompañado por pequeñas succiones a los labios inferiores. Carolina quiere transmitir la frustración que siente, mientras que Juan Camilo esp

lsiva. En el último año ha estado con más hombres que en toda su vida y está cansada de eso, ha descubierto que cada vez que se acuesta con alguien lo hace solo para cubrir un hueco, y lo peor es que el resultado es u

Camilo abre la puerta y le da un p

regunta una vez acomodado

avor – dice Carol

cultar su molestia – pensé que querías lo

esponde Carolina está vez e

tá haciendo caso. A Carolina no le molesta la música, por el contrario la hace ignorar sus pensamientos. Lle

mal lo que te dije, prefiero t

ro no te molestes conmigo s

– prende el carro y como despedida dice – te

atada como puta, pero no dice nada y se baja del carro sin de

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