ista de El
n y risas educadas resonaban por el gran salón de baile. Encontré a Emma Acosta cerca de una exhibición de joyas antiguas, su modesto vestido negro un m
en el suelo de mármol. El sonido era agud
i empalagosa. Apenas disfrazaba el acero d
dirigieron a mí. "Señora Fernández", tartamudeó, hac
redador en mis ojos. "Este es mi evento, después de todo.
al. "Dime, Emma, ¿disfrutas jugando a disfraz
rosas que adornaban las mesas. "Yo... fui invitada, señora
jando que el silencio se alargara, dejándola retorcerse. "Jac
edor de su cuello. Era una pieza simple, pero familiar. Demasiado fami
, mi voz aún peligrosamente tr
dedos temblando. "
¿Un amigo? Qué pintoresco. Sabes, Emma, una debería tener cuidado con la pro
lar de su garganta. Se rompió fácilmente, una imitación barata de todos m
gunas socialités cercanas escucharan, "fue un regalo de m
ora plenamente consciente, zumbaba con susurros. Su fachada cuidadosame
entrecortadamente,
Se hundió con un suave chapoteo. "Así como no sabías que estaba casado. O que sigo siend
ría y dura. "Considera esto una advertencia, pequeña becaria. Quien juega
en medio del salón de baile. Los susurros se hicieron más fuertes, alimentados por e
No gritó. Jacobo nunca gritaba. Su ira era una presencia si
mortalmente tranquila. Me agarró del brazo, s
un tirón brusco, "fui yo estableciendo l
sus ojos entrecerrado
lana. "¿O pensaste que no notaría la imitación bar
"Es una chica dulce, El
cada vez, Jacobo. La damisela en apuros. El cordero manso.
o atrás como si yo fuera contagiosa. "Siempre
erzos. "¿Porque me niego a quedarme de brazos cruzados mientras mi es
ro sus ojos lo traicionaron. Se suavizaron
ndes?", desafié. "¿Por qué d
or su cabello perfectamente peinado. "
ción", dije, mi voz temblando de rabia conte
consejo de administración de la empresa. La empresa de mi familia, la que
s tendencias manipuladoras en pasantías anteriores, la forma en que había escalado la escalera corporativa a espaldas de mentores des
vez fue nuestro. Su rostro estaba contorsionado por una furia que no había visto desde los primeros
uerza, contra la pared. El impacto me hizo
respiración entrecortada. "Algo que
dad? ¿A eso lo llamas verdad? Solo eres una
ilimitado, ahora estaban fríos, desprovistos
has estado. Desde ese... incidente. Quince días, ¿no fue así? Quince días en
mí, todo se desdibujó en un caleidoscopio de terror. Sus palabras resonaron, amplificando los gritos de un
estómago, un dolor sordo comenzando a florecer. Mi corazón martille
voz apenas un hilo. "Es
todo color. Por una fracción de segundo, vi un destello
iéndose al instante. Leyó un mensaje y su rostro se transformó.
ana, desprovista de emoción. "El estrés, la humillac
ré, sacudiendo la cabeza. "Eso
"Ella es delicada, Elisa. No como tú. Ella es pur
l y devastador. "Quiero el divorcio. Y vas a interrumpir ese embaraz
stro bebé. Y él quería que yo... lo terminara. El dolor en mi abdomen se intensificó,
ra no.
lágrimas corriendo por mi rostro. La mancha roja se extendió,
lviera negro fue la voz de Jacobo, fría y distant

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