ena
on un vaso de whisky en la mano. Nunca me había mi
e: él no era frío por natura
máscara. Er
quemó mi garganta, pero el do
mentos de co
dijo una mujer. "Y tan dulce. R
hé que casi muere en un accidente hace un tiem
oria tan
n como puñetazos. Sentí un
anunció un juego. "¡Damas y caballeros, es hora d
pista de baile. El anfitrión les dio dos tarj
n elegirías para
ó las tarje
z era firme. "Siempre a ella. E
ostro. "Ella es delicada. Ella necesita prot
laudió. La gen
ez que Rodolfo tenía que el
que me escuchara, que me viera. Cad
esado. Nunca me había p
s pantallas gigantes se encendieron
io. Todos los ojos esta
, latió con una esperanza ab
n segundo. Dos. Tres. La
" dijo, su voz res
en aplausos. La espe
a mesa. Salí del salón, mis
iré al espejo. Mi rostro es
llorarí
No les daría la satis
l pasillo estaba
rracho se abalanzó sobre
eza! ¿Por q
liberarm
Rodolfo, a unos metros de dist
iradas se
rostro se oscureció. Em
un grito agudo resonó
o! ¡Mi t
Fern
se desvió de mí a la fuente del grito
dio la vuelta y
se arrodilló a su lado,
os ojos, le dijo: "Me doblé
o te preocupes. Estoy aquí. Ella," m
zos. No había palabras. Solo el
án de una mesa cercana y
l ruido agudo asustó
ano. Un trozo de cristal se
cálida. Caía gota a gota
l dolor del alma, el de la traición
a más el alma
o. Me quedé fuera del sa
Fernanda. Ella se apoyaba en
o, lo siento mucho por lo de tu mano. Espero que no
empre me protege. Siempre me elige. A diferencia de ti, que siempre te las arreglas
me golpearo
se descontroló. Se dirigía
o!" grit
odolfo empujó a Fernanda a un
ue recibió
roz. Mi cuerpo vo
ó. El dolor
idad fue la de Rodolfo, abrazando
o ex

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