a sala de juntas, su rostro una máscara de compostura forzada. Me vio, congelada en el nicho, y sus ojos se abrieron de sorpresa, luego se entrecerraron con un destello de pánico. Su cab
voz un susurro entreco
irada inquebr
su rostro arrugarse, el color drenándose de sus mejillas. Su mandíbula se tensó, un múscul
ose, pero retrocedí, una reacción viscer
icó, su voz quebrándose-. Por favor, so
lo que creo, B
us ojos moviéndose de un lado a otr
realmente estaba sufriendo. Me necesit
tan genuinamente angustiado, tan lastimoso. Por un segundo fugaz, una punzada de mi antiguo afecto se agitó, un susurro
mi voz todavía inquietantemente tranquila-. Tú inventa
dieron. Parecía de
laré esto, lo juro. Hablaré con Kendra. Haré que ent
ás de tiempo? ¿Después de cinco años? ¿Después de cien sabotajes deliberados? ¿Cuánto más tiempo podría pedir?
cha oscura extendiéndose en la manga de su costoso saco. Había aceptado su «castigo». Un corte profundo, sangrando libremente. Debió hab
reflejo, a pesar de
el dolor brill
n. Solo...
nción médica. Mi cerebro de abogada se activó, distante y
álido de Braulio. Un médico limpió y suturó la herida, administrando una vacuna contra el tétanos. Me senté en una si
lágrimas, entró corriendo. Llevaba una blusa de seda endeble, su cabello oscuro desordenado, como si acabara de le
acia él, ajena a la advertencia del médico-.
rriendo la habitación, aterriza
rdad? ¡Lo empujaste!
ia, su suposición inmediata de
dolor, la apartó, su
nada que ver con Abril. Es as
boca abierta, las lágrimas brotando de sus ojos. La imag
. Solo... estaba tan preocupada por ti. No volviste
casa -declaró, su voz fría-.
uego a mí, sus ojos llenos de una mezcla de desamor y odio puro e inalterado. Se dio la
ma, quizás, por su evidente angustia. Pero sobre todo, una claridad escalofrian
ó hacia mí, su m
one así. No lo dice en serio. So
í, las palabras sabiendo a venen
lo es. Solo está... asustada. Perdió a sus padres de j
-declaré, no como una pregunta, sino como un hecho
dad en mis palabras go
eriedad desesperada-. La voy a mandar lejos. Conseguirle
y promesas incumplidas. Pero era demasiado tarde. Las palabras de mi tía, el nombre de Die
rapado. Un hombre cuya debilidad se había convertido en un arma contra mí. Y supe, con una ce
penas un susurro, pero resonó co
n, reflejando un mi
il, no puedes.
n la ventana, en las luces de la ciudad que parpadeab
la eficiencia estéril del hospital. Simplemente me di la vuelta
nal de mi firma. El shock de la traición de Braulio había sido tan profundo que casi me había adormecido, permitiéndome manejar la logística con una calma que realmente no sentía. Cad
escalando de súplicas a desesperación. Los ig
llamó de nuevo, su voz llena
. ¡Y tengo una sorpresa para ti! Una celebración especial. Solo
Una risa amarga se escapó de mis labios. Era tan comp
eta de lujo de Braulio se detuvo. Kendra estaba en el asi
voz plana, mientras me s
una sonrisa for
desearnos lo me
onrisa sacarina que
ustedes dos. -Sus ojos, sin em
en el paisaje que pasaba. No conf
juguetón que ahora se sentía
mi amor. Es
. ¿Qué más daba? La ceguera era meramen
ante. El aire era fresco, llevando el leve olor a humo de cig
vo danzaban en el único rayo de luz que se filtraba por una ventana mugrienta. Una pancarta descolorida, colg
Donde solíamos escaparnos de las funciones familiares, donde m
darse cuenta del pavo
ero quería que fuera privado.
anado, abaratado por su estad
car nuestra canción. Un solo foco iluminó una mesa para dos, adornada con rosas marchi
Como en los viejos tiempos. Abril, mi amor, ci
a, mis labios si
Braulio. -Las palab
nte torcida. Todo estaba mal. No era una celebración. Era una recreación mal ejecutada de un pasado que ya n
ajeno. Notó primero las rosas
está chueca! ¿Quién organizó esto? -bramó, volviéndose hacia u
manos-. Pero la señorita Garza, su hermana, insistió en hacer algunos..
estaba apoyada contra una pila de cajas, limándose las uñas casualmente. Ell
uñó Braulio-.
s ojos brillando con picardía-. Dijiste que a Abril le encan
acia mí, intentando
. Siempre se entromete.
las tristes y marchitas rosa
ección de varios pisos. En la parte superior, una nov
dose de mis labios. El pastel estaba adorna
preguntó Brau
vacía-. Soy severamente
abrieron de horror. S
s! ¡Sabes que Abril es
ó de hombros, una sonrisa bu
Hay tantas flores, Braulio.
un rugido de
juegos! -Se abalanzó hacia ella, su rostro una más
de ella hacia la salida. El
¡Quiero quedarme p
ronó Braulio-. ¡No conti
en la bodega vacía. Los seguí lentamen
to cuarto de almacenamie
furia-. ¿Por qué siempre haces esto? ¿Por qu
se encendieron, sal
Solo quiero que seas feliz! ¡Y ella no
labras, crudas y desquici
as a mí! ¡Siempre lo has hecho! ¿Recuerdas todas esas veces, Brau
brió la cara
mana. Mi hermana adoptiva.
do! ¡Simplemente te niegas a admitirlo! -Se acercó, su voz bajando a un susurro seducto
empujó ha
o! ¡Amo a Abril! ¡S
nfante en su rostro-. ¿Por qué siempre me has elegido a mí sobre ella? ¿Por qué aceptaste lo
alabras golpeándolo con fuerza. Obse
erada-. ¡Porque me sentía responsable! ¡Porque pensé
os en él-. ¿Que eres demasiado débil para elegir? ¿Qu
mano alcanza
na vez. Demuestra que to
cruzó su rostro. Mi corazón martilleaba contra
odas las veces que me he sacrificado por ti. -Hizo una pausa, un brillo en sus ojos-. Es mi cum
o aniversario. Lo había olvidado. O quiz
nó, un toque ligero como una pluma de sus labios en los de ella. Fu
a que no lucía un vendaje, fue a la cintura de ella, pegándola contra él. El beso se profundizó. Se volvió largo, persistente, una
los frágiles hilos de mi amor, se rompieron con un crujido
el triunfo, una sonrisa burlona jugando en sus labios. Los ojos de Braulio, sin em
la mano. Braulio me vio, de pie como una estatua en la puerta, mi rostro una másc
sesperada, obviamente mintiendo-. La mandé lejos. Ya no nos molestará más. -M
un sonido agu
rla. Le dije a Abril que lo sentía por el pastel. ¿Verdad,
que rara vez me mostraba. El hombre que ahora mentía descaradamente, cubriéndola, defendiéndola. Mi visió
ndose de mis labios. Esta era mi historia de amor. Una trágic
do. Mi rostro era una pizarra en blanco. Mi voz, cuando llegó
se acabó. Terminamos. Y para que lo sepas, acepté la
GOOGLE PLAY