ción nerviosa mientras lo colocaba con cuidado en una caja, atada con un lazo rojo brillante. Imaginé su sorpresa, su rara y genuina sonrisa cuando me viera
tonos cálidos. Me senté en una banca afuera, aferrando el pastel, con mi teléfono
jas y morados intensos. Luego el cielo se volvió negro como la
o. El pastel, una vez perfectamente formado, comenzó a hundirse bajo su propio peso, el betún derritiéndos
¿Y si estaba herido? Incluso consideré llamar a seguridad del
mensaje. Era de Valeria. U
orio, una mancha de betún de pastel en su nariz, una risa amplia y desenfrenada en su rostro. El pie de foto decía: "¡Fe
irmado que odiaba la textura del betún, citando "problemas sensoriales" cuando intenté juguetonamente untar
es. El tipo de adoración que una vez estuvo reservada para mí. Mi propio cumpleaños, unos meses atrás, había sido una c
ajo. Está siendo educado. ¡Está obligado!*, intentaron raz
abrió de golpe y el pastel de chocolate, una vez perfecto, se derrumbó en un charco oscuro y desordenado.
y calientes, quemándome las mejillas. Quería gritar, romper algo, pero todo lo
, pero sus ojos eran agudos, escrutando el paste
uí? -Su voz era plana,
s? -logré decir, con la
uelo, una leve expresión
obviamente. Trabaj
s costillas. Le restregué la pantalla de mi teléfono,
ste que odiabas el pastel en la cara! ¡Dijiste que tenías problemas sensoriales!
ño, sus labio
simple celebración del laboratorio. ¿En ser
mpostura se hizo añicos. La imagen del pastel caído, un desastre os
stro-. ¿Qué hay de tu actitud? ¿Qué hay de ella? ¿Qu
piel. Un botón, una pequeña perla pulida, saltó de su camisa y rebotó en el suelo. Era el mismo botón que le había
ahora estaban fríos, desprovistos de cualquier reconocimie
asqueada-. Es mi cumpleaños y me estás agrediendo. Ella
dedos como acero, y me q
. Siempre exageras.

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