ir, tuve que mudarme con mi único pariente sobreviviente: mi abuela. Llevando conmigo escaso equipaje (unas cuantas mudas de ropa y c
paré por primera vez en el lugar donde se suponía que vivía mi abuela, básicamente la realidad correspondía a mis expectati
entemente, debido al paso del tiempo, aquel letrero se había desvanecido; sus colores originales eran blanco y rojo, pero ahora era de color rosa
eran pequeñas, bastaban para dos mujeres menudas como nosotras. Proseguí mis estudios en una escuela secundaria pública local y obtuve una beca que me ayudaría
que tenía que trabajar en la pastelería. Estudié con ahínco para conseguir una beca para la univ
a mostrarme tan estoica como ella y no quejarme. Al concluir la escuela secundaria, obtuve una beca completa para estudiar arte y diseño en una universidad cercana. De modo que abandoné la c
cí a mi primer y único novio. La vida me son
reinaba un silencio completamente inusual. Era como si ningún ser humano viviese allí; no se oía la menor respiración. N
o había visto limusinas en las películas. Naturalmente en este pequeño pueblo, dejado de la mano de Dios, en el cual solo un puñado de gente poseía aut
ia la pastelería. Vi ventanas destrozadas, letreros rotos y macetas volcadas sobre tierra negra
do tal caos dura
zó por mi mente fue. ¿Dónde está
llamé, gritando
la misma, al igual que el exterior, estaba hecho un desastre. Todo lo que era susceptible de d
orría a su lado y me inclinaba
con suavidad, entre so
ebido a la fuerte impresión y al temor que ello le causaba. ¿Qu
aste", dijo alg
s las únicas personas en aquella estancia. Lentamente, miré hacia el lugar del que provenía aquella voz. Allí, no muy lejos del punto
, pantalones y zapatos de cuero brillante lucían impecables y perfectos, lo cual resultaba bastante extraño, considerando t
a...una acción
na manera, pero. estoy segura de que todo esto solo ha sido un malentend
, me preguntó en tono severo uno de
padres tenían nexos con la mafia? Habían transcurrido apr
or. Por fin hemos logrado encon
ere?", le pregu
indicó mientras me tendía
; mis manos no dejaban de temblar. ¿Qué
a oportunidad de leer el contenido
irtud del cual se les otorgó un préstamo de quinientos millones de dólares
exclamé, e
s millones
ntin
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