e Ale
e desbordó. Vio a mi protector, no mi dolor. Vio un desafío
raer este caos a
stá prohibida. La única ley que la
a su co
el golpe sacudió mi cabeza hacia un lado. Al mismo tiempo, desató toda la fuerza
silencio!
fuego blanco. Pero adentro, en el núcleo de mi ser, una calma extraña y aterrado
s, algo s
eada, surgió a través de mis venas, un poder tan inmenso y primitivo que hizo añicos el Comando de Alfa de San
un rugido que sacudió l
ientos eran fluidos, deliberados. Mir
dejé caer los fragmentos rotos de
final a un
epitar con energía. Luego, con una voz que era inquietantemente cl
rechazo a ti, Santino M
Compañeros, el vínculo sagrado que nos había atado, se rompió. El sonido fue un grito silencioso en mi mente, una agonía fís
fa, su esencia misma, aullando en el abismo donde solía estar nuestro lazo. Podía sentir su desesperación, su agonía al s
un destello de triunfo puro y sin adulterar. Rápidamente compuso sus fa
sillo. Una Luna rechazando a su Alfa era un evento de proporciones cataclísmicas. Era u
do por la marea creciente de mi poder despertado. Sentí la energía del Lobo Bl
a mi lado, su brazo fuerte sost
z espesa con una mezcla
as penas, su rostro una másc
anzándose hacia
loqueó s
! ¡Te ordeno
ez, fue como una brisa suave contra una
fría y distante como
nto en que levantaste tu mano con
contra mi mente. No fue un ataque, sino una llegada. Un
. ¡Voy en
rcello Bianchi. El León
ardiente de venganza me invad
fa Mayor Moretti, irrumpieron en la h
-chilló Leonor, sus ojos llameando hacia
aré por mi cuenta, llena de una fuerza nueva y escalofriant
usó su Comando de Alfa para golpear a su Luna. H
Al collar destrozado. Al hombre roto que algu
la Casa del Alfa. Mi espalda e
na Luna des
izas de su reino caído, lista para co

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