CUEVA
rante tanto tiempo, se desbordaron, corriendo por mis mejillas hasta mojar la almohada. Cinco años. Cinco años de mi vida, de
tra vez. Con un suspiro resignado, lo tomé. Un número de
con una copa de vino en la mano. El siguiente, una foto de ella y Mauricio, abrazados en mi cam
as por el espacio, Alexia! ¡Mauricio y yo lo estamos aprove
cío, una frialdad que se extendía por todo mi cuerpo. Apagué el teléfono. No ne
a boda con Antonio Díaz, se dedicaron a los preparativos con una energía renovada. Y
io y ella en un restaurante que solíamos frecuentar. Mauricio y ella paseando por el p
olor, sino con una frialdad estratégi
ueron borrados sin leer. Me envió regalos. Flores, chocolates, joyas. Tod
dida de soltero. Sus amigos lo rodeaban, brindando y bro
sus amigos, golpeándole el hombro. "Alex
haciendo un berrinche. Dale tiempo. Ella te adora.
a. Aun así, continuó con los preparativos de su boda
ello, sus ojos empañados. "Mi niña... te c
ola a través del espej
n hombre de verdad. Te cuidará bien." Ella le dio un visto bueno con la cab
. Lo veré en el altar." ¿Q
de la mañana. Mauricio y
les. Escribí un mensaje. Un mensaje simple, directo
s de ellos. Todos daban por sentado que me casaba con Ma
uricio estaba inquieto. Un presentimiento frío le
Mauri" , le dijo uno
lo llevaría al hotel. Recogió a Ida, quien lo
jos amigos lo rodearon, felici
xclamó uno. "Pero, ¿dónde est
"No... no me cas
s. "¿Qué dices? ¿Pero si Alexia
Y puso la misma fecha... y el mismo hotel. ¿

GOOGLE PLAY