guraba por la sorpresa. Respiré hondo, el aire del hospital era denso y pesado, pero m
silencio. "Era una broma. Sabes que me gusta bromear." Una risa h
marcharme. Él intentó dete
a..." , dijo, s
u amiga. Necesita tu apoyo." Luego añadí, con una
vaba mientras me alejaba, su rostro era un lienzo de confusión y un
a Ida sollozar. "¡Me duele
. "¡Cállate, Ida! ¡Todo esto es tu culpa! ¡No tenías que
pecho. No podía seguir allí, ni un minuto más. La presencia de Mauricio era como
sas. Ropa, libros, recuerdos. Cada objeto que
ntrada, vi el tallo de rosa que Mauricio me había entregado. Marchit
me miró, confundida. "¿Señorita Alexi
o" , respondí, mi voz
ja. "¿Usado? Pero s
aqué todas las joyas que Mauricio me había regalado.
aves, extendiéndole las joyas, "done todo esto a
es. "Pero, señorita, estas
errumpí, mi voz era firme
más significativos: los relojes, los perfume
norme caja, "tírelo a la basura. No qu
ro era una mezcla de
un billete de avión. Mañana, regresa
, abrazados en mi cama. La cabecera, la colcha, mis almohadas. Todo estaba allí. Y el mensa
r, quemando mi piel. No por tristeza, sino por un
ve en la cerra
Me abrazó, susurrando excusas vacías. "Mi amor, te juro que no es lo que piensa
ntra el muro de mi indiferencia. Me sequé las lágrimas,
" , dije, mi voz era
llenos de un falso brillo, ahora estaban vacíos y llenos de mentiras.

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