e vista
resonó como un disparo e
edor, su confianza fla
, su voz temblando ligerame
el bolsillo de mi delantal y
sitivo negro con un
ía usado
rq
una
ndió una voz pr
d de
pad
gro -dije
ó en silencio
ción? -
. El Terci
sta
. Personal comprometido.
na silla raspando cont
ás he
a palpitando, la pi
-d
ando a los
Quiero a Ricardo aquí. E
ec
ue traiga los Pape
nutos, P
ea se
sobre la encimera
ue se acobardaba en la esquina,
as empezar a
ando una risa que sonó quebradiza-. ¿Crees que
y me senté, deliberadamen
-dije-. Estás alquilando un espaci
scendió, pesad
a pegado a las paredes, observ
do, con los brazos cr
limpia llena de hiel
ontó g
és, la puerta trase
os s
e dio la
o irrumpió en
dor perlaba su frente y s
e mirar al abismo y había visto
tación con la mi
a Ja
a An
o me v
rete. Sosteniendo
mbres... están afuera. Tienen el e
él, agarrando su bra
ó aquí! ¡Me amenazó!
e de ella, sus ojos pe
qué el Sindicato del Rí
lev
damente, me qui
caer a
y manchado, lo único que me
solo
e, Ricar
reguntó, su voz el
la p
la cocina se ab
a e
e, sus tacones resonando en el
e eran el doble de grandes que André
miró a
rectament
entregándome un p
Ricardo se
re se le fue
a mí, sus lab
esa? -s
e arrodillara -dije
l portafoli
un golpe so
te arra

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