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Historia

Capítulo 3

Palabras:1351    |    Actualizado en: 23/10/2025

ista de Al

ue yo creía que era adoración. Recordé firmar los documentos del préstamo que ponían en juego el legado de mi familia por su sueño. Recordé las innumerable

grandes ideas en una realidad funcional y rentable. Él salía en las portadas de las revistas. Yo

o. Kenji lo había diseñado él mismo, una serie de villas de alta gama con paredes de lona que rodeaban un l

riéndose a su novia-. Trae provisiones.

a débil. Kenji,

illo de pinos. Ofrecía una vista perfecta y sin obstrucciones de la fogata principal y el g

pada. Riendo, bebiendo, jugando juegos de jardín. Y en el centro de todo, Julián

o de atención, se ofreció como voluntaria para que le ven

lló, con los brazos extendidos mie

su brújula interna parecía fijada en un solo objetivo. Se movió con un

us manos encon

atr

te -se rio Julián, tr

galán! -gritó Mar

spuesta, una decisión que sup

de Marcos

s algo p

afilada. El ambiente casual de la fiesta se evapor

Julián, se rio y le pas

-Sus palabras eran un regaño, pero sus ojos, que podía ve

s güeyes-. Es el secreto peor guard

el cuello de Julián, un

os desg

con un lenguaje privado y tácito. Era una mirada que había visto mil veces, una mirada que siempre hab

iz otra vez! -gritó alguien, y

ade bailaron

r destinado solo para él. Su mirada bajó a su cintura, y su ma

aron con el cier

e agarró la mano, pero no había fuerza en su agarre

, tropezando hacia atrás. Julián, siempre el héroe, se abalanzó para atraparla. Cayeron en

sus muslos. Sin perder el ritmo, la mano de Julián se movió para cubrirla, su brazo envuelto protectora y

ido y romántico sobre sus rostros. Eran un retrato perfecto de la pasión, una escena

se vol

¡JUNTOS!

í como si me estuvieran arrancando el corazón del pecho, el músculo crudo y sangrante expuesto al aire frío

una nube de tormenta. Sus manos

-hirvió, comenza

rándose para agarrar su bra

o. Con dedos temblorosos, encontré el contacto de Julián y presion

en el bolsillo y sacó su teléfono. La pantalla arroj

ign

sin respuesta en la noche. Observé cómo presionaba el

alla, una expresión de pura molestia en su rostro. Todavía est

poyó en s

u mamá reportá

es. Se estiró, le quitó el teléfono de la mano y, con un movimiento d

la hierba ju

rdas? -dijo, tocando la punta de su nariz con el d

a llena de adoración. Apretó su agarre en

a e íntima, llegando a través del a

era más pública y definitiv

La negación, la esperanza, la negociación desesper

omo un fragmento de hielo,

ad aquí? -pregunté, mi voz

ó de in

video. Se activan por movimiento y se gua

las dos figuras entrelazadas junto

de dolor. Pero debajo del dolor, algo nuevo c

a regla de "los compa

ede cuando convierte a

r todo su mu

-

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