icina del Dr. Elizondo
o. En el momento en que me vio, un destello de triunfo brilló en sus ojos ante
caer dos gruesos trabajos de investigación sobre su es
-gruñó, su voz
asi idénticos. Mi innovadora investigación sobre técnicas de regeneración vascu
una ladrona -dijo el Dr. Elizondo,
mediato, su voz temblando con una sincerid
señal, la puerta
án e
ió directamente al Dr. Elizon
e visto sus datos, sus borradores. -Hizo una pausa, y luego finalmente dejó que sus fríos ojos cayeran sob
me había ayudado con esa investigación. Había leído mis bo
staba dan
Mi trabajo fue descalificado. Una amonestación formal por mala conducta académica se coloc
dimiento. Más tarde, la cerradura hizo clic. Damián e
tado deprimida todo el día. Salgamos. Vamos a
a cita perfecta. Un paseo por el parque, un helado, una película. Yo
clusivo y de lujo. El tipo de lugar con
ndome a un lujoso sofá en un re
de golpe. Tres hombres grandes y borrachos entraron a trompicones, con una sonris
tró las palabras el líder, sus ojos re
e pie de
rgu
teando y arañando, pero fue inútil. Eran demasiado
fue arrancada de sus b