terna para el multimillonario Alejandro Garza era exigente, pero increíb
a su vida. Me vio una sola vez y decidió que yo era su "sustituta", una i
robo, intentó humillarme frente a sus amigos y montó
r sano, fue demasiado cobarde para detenerla, ofre
a que terminó en una cama de hospital, exigiendo uno
rrey, no una villana en su retorcida fantasía románti
unc
mi reputación para siempre. Supe que ya no podía quedarme callada. Ella se cre
ítu
a de Alejandro Garza, mi trabajo de diez millones de p
vestido blanco de verano, con el brazo enlazado posesivamente al de él. Su largo cabello os
Yoga, una chamarra deportiva azul marino ajustada y el pelo recogido en una cola de caballo tirante. En mi man
l, escapó de sus labios
lando con lo que sonaba a una tra
ones multimillonarias sin pestañear, de repente parecía un adolescent
ra", dijo, con la voz tensa. "
aquillaje y el equipo profesional dispuesto sobre la mesa de centro. Un destello de algo feo y
ima solitaria rodaba por su mejilla en un
lizando en mi tablet. Soy Sofía Herrera, entrenadora personal y nutrióloga de élite. Me especializo en acondicionamiento físico d
, una "sustituta". Ni siquiera
oz elevándose con un dramatismo exagerado, "ni siquiera pudiste esperarme. Tu
í con un movimiento d
e una imita
ire delicado, casi frágil. Yo era más alta, con la musculatura magra y definida de una atleta de
ejandro, pero Isabe
o atrás, como si se preparara para una salida final y noble. "Entiendo.
ombros encorvados en un
ara manejar el dolor de espalda crónico y la gastritis por estrés de Alejandro Garza, un trabajo que requería que estuviera disponible
do familiar; era el precursor de una de sus migrañas por estrés, precisamente lo
a incredulidad. "¿Una nutrióloga? ¿Por diez millone
on un dedo
s. Probablemente hasta la hicist
hamarra a
s el azul marino", d
Isabella triunfant
aba un dolor de cabe
ngo certificaciones de la Academia Nacional de Medicina Deportiva y un título en c
itó una man
o. Te pagó para que fingieras, para alivia
ecía absoluta
se necesita para
antó la
es una empleada, no debería importar. Desh
ra. Una de esas terribles y de bajo presupues
ío, impasible. Sabía que su salud había mejorado más en los tres meses que yo llevaba allí que en lo
n largo y derr
na casa de huéspedes al otro lado de la propiedad. Está completament
do por las molestias. Veinte millones. Solo tendrás
or vivir en una casa separada y privada y seguir haciendo e
elirante que se creía la protagon
o", dije d
cuerdo. Un destello de algo -¿decepción? ¿ali
e, calculando mentalmente
equipo. Al pasar junto a Isabella, me ded
uta nunca se queda con el galán. Es solo un recurso argumental p
o. Alejandro ya había transferido la primera parte de mi nuevo y
risa, una sonrisa
emente. "Estoy segura de que se da
ntras volvía al lado de Alejandro, enl
é a Armando, el sufrido mayordomo de Alejandro, que obs
o acababa de volverse más fácil. El suyo e