aron en una neblina de cal
romance renovado, ahora sin o
e fin de semana al Valle de Guadalupe, galas de carida
cidad cuidadosamente curada, sin duda dise
, llamado a sus pocos amigos para desahogarse frenéticament
implemente bloq
Bruno, notaron el
a, durante un café-. Él está publicando a Jessica po
bía encogido
e quiera. Ya no tiene
eas para una línea de moda, un negocio textil, cosa
te, deliberadamente por su parte. No quería
nor al legado filantrópico de Leonor de la Torre
rándola deliberadamente mientras prodigaba atención a Jessica, quien s
elia renacida d
ica de Leonor, para anunciar una beca de arte para estudiant
marcado contraste con los vestidos brillantes
o, prácticamente fusionada al lado de Etha
than, que siempre habían tratado a Amelia con un cor
amó la tía Carolina, dándole un beso al aire-.
iar de sentirse una extraña, pe
tía por su
lento con una voz estruendosa,
acusador-. Pensé que tendrías la decencia de m
jer cubierta de d
ay gente que no
na ola de desaprobación en
a compostura, su
idad, se deslizó hacia ella, c
dulzura-. Me sorprende mucho verte. ¿Acaso... esp
nían una chispa de triunfo,
io, y Amelia era la
do el anzuelo, con una réplica af
ó, su voz fría, despr
nto familiar. Quizás se
fija en algún lugar po
a rozaron. Él todavía jugaba con las vieja
ía cambiado porque uno de lo
ilia intervinieron, sus
atando de arm
aría tan de
ce ser feli
oído todo antes, en sus pesa
, era so
nquila y clara, resonando sorprende
han, luego al retrato de Leonor que dominaba el salón-. Ella fue muy amab
onsternación, cruzó sus rostros. Es
una expresión extraña e
ranquilo y privado nicho donde se exh
nia blanca, la favorit
omando a sus ojos-. No pude ser lo que querías que fuer
z, frágil pero real
propia vida, su
la tela anunció la
oz afilada, toda pretensión de dulz
tuvo debilidad p
ió deliberadamente el tallo de la gardenia y luego d
onrisa cruel jugando en s
ota, luego a Jessica.