vista de
esposo preocupado. Me traía comidas, ahuecaba mis almohadas y
misura de su boca torcerse en una sonrisa, una suavidad en sus ojos que nunca, nunca más era para mí.
ad?", pregunté una
y rápidamente guardó su celular
nía sentido discutir. No estaba aquí porque le importara. Estaba aquí para aseg
dólares si yo tenía dolor de cabeza. El Jason que me abrazaba toda la noche cuando tení
o ahora era solo un inconveniente.
California brillaba, pero no sentí más q
silencio. "El cumpleaños de Génesis es la próx
la. "Tienes que
n la carretera. "Quiero que ustedes dos s
struyendo mi vida", dije, mi voz temblando con u
te. La mandíbula de Jason se tensó. Detuvo el coche a
ores. Toda la preocupación fingida se había
e queda de tu madre en esa urna... podría esparcirse al vient
Sabía que lo haría. Destruiría la última pieza de mi
isma", susurré, las palabras desgarrando mi garganta. "¿Y ahora usas las cenizas de mi madr
jiste que nunca dejarías que nada me vo
le. El hombre que solía secar mis lágrimas ahor
uncionan conmigo, Ala
una sonrisa amarga y rota tocó mis labios. Tenía razón. El amor se
la mano. "Bien", dije, mi voz hue
se decía que florecía solo una vez por década en una montaña remota
piedra del templo de la montaña desde el amanecer hasta el
ro de quince metros de carbones ardientes hasta
rne viva y sangrando. Caminé sobre esos carbones, el dolor abrasador subiendo por
mi cuerpo cedió. Me derrumbé, mis pies un desastre de quema
erándome de la terrible experiencia, el loto cuidadosamente preserv