da un pequeño moño. su piel era tersa y muy morena y en su cara lo que mas resaltaba
s pantalones cortos que llevaba se podía ver que eran una piernas que hacían m
hico me había trastocado todos mis pensamientos hacia el, sentía amor por
dice a la vez que coge mi mano
ia - creo que mi tono sonó como era mi
iños de la clase hasta completar el número veinticinco, Hasta este año siempre habíamos sido pares por lo que es
or, no me había equivocado sobre el, estaba en
osé estuvo jugando con nosotros e
ar a salir, como la fila de salida no iba por número sino por orden de llegada pues me
r las tardes - no me había habl
í a insistirle para que se enterara
de lo ya era y a pesar de que me había jurado de que no iba a ponérselo fácil este curso
sté con un tono de voz
ugar. - no podría explicar por que, pero su fina y e
te ocurra pensar que vas a jugar conmigo y mis a
al campo de arena. - le contesté con l
- maldita sea, ¡esa
el colegio y te vienes conmigo, ¿vale? .- Dafne, Da
ue me daba las gracias me sonreía y me
doy cuenta que ese niño me gustaba y por más que me hubiese gu
las la barriga cuando lo escuchaba llamarme así, sinceramente ya no sabía si se lo iba a poner difíc
a recoger a Igor, ese niño me había descolocado un poco y por las razones que fueran estaba
staba yo en la puerta esperando al niño more
jos, era el acompañado de su madre, cua
s el pueblo, ¿Dónde vais a estar?.- la voz de la
está justo detrás del colegio y allí estamos casi todos los niños
r a Igor? - la señora se veía preocupada po
ntes, si quieres dime donde vives y lo acercamos a su casa cuando nos vayamos a
pisos de la plaza de Abasto.- Dijo
aciendo un gesto con la mano diciendo adiós Igor y yo
la mano como si fuéramos a entrar en la clase, no sabía si quitarla o
egremente, Igor en alguna ocasión dejó de jugar con nosotros porque se ponía con la pelota a jugar fútbol con unos niñ
Igor no me eche cuenta y esté todo el rato con los niños de
vamos. - lo llamé en
o?.- me contest
ono mas suave ya que no quería demostrarle el motivo real por el
ó Igor y a mi el estómago empezó a sonarme con el
a las siete tengo que estar en casa. - Le conte
llegamos a su casa. Estuvimos en su habitación, allí tenía mil l
ón y que a mi me fascinaba, yo no sabía que existía esa co
tos que te acompaño a casa - me dijo l
or estuvo hablando con mi madre dándole las gracias por lo bien
na para volver a ver a ese niño que me irritaba porque me había robado mi núm