ander, y apretó con fue
propósito, esperando que al a
ue ella quien metió la pata, y él ya había mos
denó con frialdad: "Llámala. Di
o, se apresuró a marcar el número
ira. Apartó el bote de basura, s
bitación de hotel al otro lado de la ciudad
y Suzanne bajo el mismo techo. Su plan era sencillo: terminar el traspaso en el tra
der estaba con Suzanne ahora?
os de vacilación, cont
so del alcohol, pero sonaba escalofriante cuando preguntó: "
pó a la muchacha antes de
e que ser su esposa le daba derecho a saber a dónde iba, con la mente in
as y despectivas: "¿Y a ti qué te importa? Ser mi esposa no te da derecho a controlarme. Todo ls de enfrentarse a él, así que, manteniendo la voz tranquila, dijo: "Me quedaré en otro lugar
s: "¡¿Quién te dio permiso para pasar la noche en otro luga
a hecho usted lo mismo innumerables veces? Apenas puede soportar verme, así que, ¿no es más fácil para usted disfrutar de
z de Alexander la interrumpió con bru
el movimiento y una inquietu
con gélida precisión mientras le advertía: "Ven aquí
nvadió. "¡No lo hagas!",
nte: "No hay necesidad de enfadarse. Sabes lo peligroso que es para t
n los nudillos blancos por la tensión,
l aire, la sirvienta se e
iró el talismán que tenía en la mano, c
la forma en que ella actuó después de que se ro
se parecía mucho a él, pero había algo en la figu
el asunto del
de que casi toda su familia hacía lo mis
si lo estuviera mirando a través de él y v
tener sentid