ombre con dedos temblorosos. Separó los labios, desesperada por llamar su nombr
*
a, se encontró acurrucada en
entidos. En la mesita de noche había un paquete medio vacío de
en la cama, con la imagen del hombre que había v
realmente Alexis qu
igó a levantarse de la cama y corrió hacia la recepción. "Disculpe", jadeó, "El
n el registro y dijo con cortés disculpa: "Pagó
intiendo cómo se le aceleraba el pulso
ando con detenimiento. "Parecía tener entre cuarenta y cinc
vacío en el estómago, porque la descrip
era unos años m
ropios ojos hacía tres años, por lo qu
a oscuridad, tenía la firme convicción d
ón no era más que fruto
rrie regresó a su habitación, aunque una inq
*
hasta bien entrada la noche, con el alie
lla y se desplomó pesadamente
có a toda prisa para ayudarlo. "Se
la sirvienta de un empujón y, con la garganta
na y regresó enseguida, ofre
nmediatamente se dobló, vomitando en el bote de
. "¡¿Qué diablos es esto?! ¡No sabe i
blorosas, tartamudeó: "Antes siempre
confusa se tornó más aguda. "¿Q
cabeza. "La señora Jenkins salió má
l muchacho apretó l
racho después de las cenas de negocios, ella estaba allí, esperando en silencio en la sala de estar, c
ole que lo dejara en paz. Sin embargo, ahora, con su repentina