Se
de polvo que bailaban en el aire. Se sentía como una burla, demasiado brillante para la oscuridad que había con
a, su aroma a cedro y viento llenó la habitación. Ayer, me
uando llegué", dijo, su voz suave como
envió una ola de repulsión a través de mí, una vil parodia de la chispa eléct
rré, girando la cara hacia
o. Yo era Selene, la Omega obediente, la sanadora i
de la cama, su peso
a... desde la tragedia con la manada Rocadura. Creo que es hora de que celebremos ofi
entira que había sido la piedra angular de la destrucci
rarlo, componiendo mis facciones
villosa, Damián. Un nuevo
vio. Solo vio lo que quería ve
bía que lo
cara se desmoronó. Me senté, mis movimientos precisos y deliberados. Necesitaba pruebas. Pruebas
a elegante puerta metálica y tecleé un código en el panel. La fecha en que la Diosa Luna confirmó por primera vez
se abrió c
. Mis instintos, agudizados por años de traición que apenas ahora reconocía, me llevaron hacia un gran y ornamentado librero. D
del tipo antiguo de papel, sino un cristal d
nieve, envueltos en bufandas a juego. Mis padres adoptivos, el Alfa Ricardo y la Luna Leonor, sonrie
te. Usaba contraseñas simples para cosas a las que creía que nadie acced
peta. Estaba eti
ián Vance y Lyra Rocadura como sus padres. Había un archivo de video titulado "Primer Cambio". Lo reproduje. Vi a mi pareja guiar a su hij
mas desviadas de las cuentas principales de la Manada Lunargenta a una corporación fantasma registrada a
La barra de progreso en la pantalla se sentía como una cuenta regresiva para mi antigua vi
la habitación. No era de la terminal. Era del comunicador persona
d, mostrándome sentada en este mismo escritorio, con u
zón se
undo mensaje de
o que buscabas,
a su seguridad. P
ró, las palabras
a Omega calma a su lobo. No eres más que un ca
de repente, consumido por una furia al rojo vivo. El dolor no desa
era una Omega patéti
emostrarles lo equi
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