lant
aria, rompió el silencio y le provocó
en el pecho, un eco sordo
una profunda bocanada de aire
nmarcaban los altos ventanales. Greyson estaba de espaldas junto a uno de ellos. Su po
, él volteó a verla lentame
ido resplandor de la lámpara, esculpiendo s
bre su complexión robusta
ras, graves y perentorias, qu
entre ellos; cada segundo se a
etuvo y preguntó con voz baja y cautelos
esbozó una sonrisa burlona. De sus labio
sto que te
, Melanie luchó por m
que me llamara. Sé cuál es mi lugar y no causaré problemas. De ah
grave, deslizó una mano en el bolsillo
esa acorralada; cada intento por libe
de ella y cerró la puerta de un golpe, aprisionándola cont
sin más después de todo? ¿Quién t
s, pero un estremecimient
ada, evitando su mirada. "Mientras esté aquí, sé que
idas y ella, a cambio, había
ato: nada más
la barbilla y la obligó a mirarlo. Su pulgar le rozó los labi
cla de invitación y dominio, impos
de pánico l
ración la había impulsado
¿qué estaba p
as cosas no deb
la lengua. Ella se estremeció, alarmada, pero con la espalda contra la puerta, no te
hambre en la mirada de él era abrumadora,
de que entraras a
iéndole hablar. Su boca brillaba,
mprensión la golpeó y sus ojo
ido cualquier cosa con t
. Retiró el dedo y, con él, dibujó
haba por recuperar el aliento,
enerosidad tie
he superó con creces la
ía decidido a prolo
ta casi las cuatr
le ofrecieron alivio alguno, y Melanie d
ba la habitación cuando
enta de que seguía en la cama de
otestó. Gimió mientras se su
confirmó que él no estaba, mur
labios, la puerta chirrió al a
cio, con la mirada fija en el suelo y un conjunto de ropa pulcramente doblada en los brazos. Co
dejó un pequeño f
lmente por el señor Bl
enciosa, se retiró y cer
ar sus pensamientos. ¿Él ha
n siendo un mister
hecho trizas, así que no tuvo más remedio que
posó en el frasco. Comprendió al instante
a las mejillas, tiñéndos
sido abrumadora, mucho más intensa
autocontrol y su semblante gélido vo
y cojeó hasta el baño. El ardor en su cuerpo
s y tomó su teléfono. Al desbloquear