con luces y carcajadas, un retrato p
siempre, rodeada de atención y sonrisas fingidas, rel
pa hecha trizas, el cabello apelmazado por el sudor y el polvo
McNeil. Apenas posó la vista en su h
y siseó: "¿Qué haces aquí, presentán
de mi madre", pronunció
icó con frialdad: "Sal de es
osible por protegerla. Antes de la muerte de su madre. Antes de que la ambic
alabras, lo dejó atrás y caminó hacia el centro del
el silencio que se expandió de in
equeña bolsa de terciopelo. "Aquí lo
to cuando Alana alargaba
iminuta fotografía descolorida de s
uebró algo den
a Joyce y el chasquido
n grito agudo y empujó a Alana con violencia. "
z, y terminó cayendo sobre una instalación decorativa de esculturas de vidrio. Lo
e apresuraron hacia Joyce, rodeándola y consol
n furia: "¡Enciérrenla en el sótano!
ndola con fuerza. La arrastraron por el suelo
y un repartidor apareció cargando un enorme ramo de
a no deja
realmente i
r siempre su hogar con hortensias, se desmoronaba
húmedo y frío, cerran
impregnada de tierra mojada
asta desgarrarse la garga
ultado: el secuestro. Estar encerrada en el maletero de ese ve
lencia contra las costillas, y no podía respirar. Termin
rta del sótano se
cortó contra la
Aust
strechó con fuerz
ento tanto, vine tan pront
de Alana retrocedió quince años atrás, al día e
a misma le había dado entonces, el que significab
instante. Sus brazos se endureci
e y la observó con l
impregnada de una extraña mezcla de tensión