milia muy influyente, una vez estuvo completamente consagrado a mí. Desafió a sus
reta en el portátil de mi esposo, con un montón de fotos de
iosidad", y yo, aferrándome al recuerdo d
n romance, llevándola a eventos público
que nuestro bebé salvara nuestra relación. De
ción" en su corazón. Entonces, un día, en un momento de pura frustración, le di un bofetada a esa mujer. El cast
ntre y susurró: "Tu madre se po
celda, dándole prioridad a su amante. Mi cuento de hadas se había convertid
ítu
ró a su esposo, Julian Mcgee, cuyo rostro era máscara de indiferencia. Al ladsther con voz entrecortada. "N
na dinastía neoyorquina, el hombre que se suponía que la amaría para siemp
iciales que había llamado personalme
su nueva obsesión, y lo hizo mientras
raron el vientre de la muje
dió el hombre con frialdad. "Le dará un poco d
tan suave que resultaba escalofriante. "¿Escuchas eso, pequeño? Tu madre se
ther. Ese no era el hombre con el q
a mientras las lágrimas le corría
¿por qué intentaste lastimar a Katia? ¿Acaso
dejaba que llevaran a su esposa hacia un auto de policía. En ese momento, Esther sintió que
lite de Manhattan, el brillante heredero del imperio corporativo Mcgee. Y la había el
o a sus poderosos padres, Bert y Caryl Mcgee, para estar con ella. Estos la ve
o para cenar con ella, compraba galerías enteras por una sola de sus obras y hasta había amenazado con romper la relación con su familia
k y le consiguió los mejores materiales del mundo. Pasaba horas sentado solo mir
itano de Arte por la noche. Se arrodilló en el Templo de Den
más afortunada del mundo, y
ese nombre por primera vez porque una amiga lo mencionó, una c
nte el almuerzo. "Es la nueva sensación. Se presentó en una recaudación de fondos y declar
una influencer de redes sociales, una artista autoproclamada cuyo medio era
n. "Ten cuidado. Esta mu
al oír esos
, dijo, complet
rdo de él protegiéndola del desprecio de su familia, las noches tranquilas que habían tenido juntos y
ta. La carpeta estaba etiquetada como "Proyecto K.F". Adentro había cientos de fotos de Katia French. Algunas eran profesionales, otras eran fotografías espontánea
un fuerte dolor en el estó
temblaban mientras agarraba el p
egible cruzó su rostro antes de que se recompusiera. Enseguida
es... interesante. Me da...
preguntó ella
re, quien tampoco se creía esa excusa tan débil. "Es una nueva forma de ejercer influe
a cómo manejarlo. Y ella, aferrándose al recuerdo
tos públicos, presentándola como una "socia de negocios". La primera vez, en una subasta benéfica
a cada vez más la voz con cada acu
divorcio,
tantáneamente y la fachada encantadora se desvaneci
es hacerm
baja y peligrosa. "Eres mi esposa, y seguirás sié
uedó atónita, como si le h
uería saber cómo estabas", le dijo con voz melosa. "Jul
soltó la aludida
ear el afecto de las personas. Una puntuación de simpatía, se podría decir. En este momento,
y pensó que eso era lo único que podía salvarlos: un bebé, de am
asi normales. Estaba atento, cariñoso, hablaba de nombres y guarderías, así qu
atia llamó
quiere que yo también tenga un bebé con él. Cree que nuestro hijo sería una verdadera obra de arte. Mi puntuación con él
dolor estallaron. Esa tarde, cuando Katia apareció en su penthouse sin invitación, Esther la abofeteó; no fu
n fue terrible: hiz
ómo morían los últimos vestigios de su amor por él. La humillación, las amenazas, la aventura pública... lo h
vida que llevaba dentro de sí era lo único qu
que era aterradora y liberadora al mismo tiem
s rostros de las otras mujeres, con expresiones
e la ciudad se sentía pesado y contaminado. Al lle
o estaba ahí. Por supuesto que no est
poso y esa mujer, abrazados en un jet privado, riendo. El pie de foto decía: "Me est
perdiste. Firma los papeles del divorcio que
s que una vez la miraron con tanto amor ahora t
había sido reemplazado por u
alejar, sino que
gado, adjuntando una copia escaneada de una soli
la fortuna de los Mcgee? Ayúdame a finalizar este divor
, un lugar donde tenía una historia, una
rte discreta de la ciudad. Ahí se sentó frente a l
ró con firmeza. "Y quiero