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Historia
El beso de despedida de cinco millones de dólares

El beso de despedida de cinco millones de dólares

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:2342    |    Actualizado en: 19/08/2025

que el imperio tecnológico de su familia colapsara y sus padres murieran, yo trabajaba tur

ró en el escenario, besó a una abogada de la alta sociedad

sobre mí a propósito. Más tarde, atrapadas juntas en un elevador, me sis

desde la escotilla de emergencia, capaz de salvar solo a una de n

itó sin un instante de

que yo era "fuerte" y podía soportarlo. Luego, tuvo la audacia de rogarme, a mí, su

nto en que la bolsa se llenó, salió corriendo con mi s

do, finalmente me di cuenta de que el chico al que habí

ítu

el pulido escritorio de caoba. Se detuvo a solo uno

rectos, se

o tenía un filo helado que hacía que la lu

y un cheque por cien mil

imposible, una figura de un universo diferente al que ella vivía, un m

s-, hay una beca completa para la universidad que elija.

arlo dos veces. El que había guardado en un

-la voz de Eliana e

cuero-, es Braulio. Usted desaparecerá de su vida. Nu

y rápidamente las escondió debajo de la mesa. Era esto. El momento que hab

n su rostro. -Seamos honestos. Usted es una coci

das, diseñadas para cor

e pertenece a su mu

en el pecho, un vacío que había

ores de la Libre de Derecho, una igual. Su futuro e

no tenía a nadie. El sistema la había es

elevarlo. Usted... usted es un recordato

no podía respirar. Cada palabra era una confirmación

vuelta. Un gesto pe

let de su escritorio y la giró hacia ella. La

Braulio Garza y la abogada socialité Jessica

a, con los brazos entrelazados, sonriendo para las cá

te la secó. Su teléfono, apretado en su mano debajo de la mesa, se resbaló. Golpeó el suelo de márm

Sus caminos se habían cruzado en la oscuridad, pero ahora que la estrella de

gó, arrastrán

e donde lo vio de nuevo por primera vez después de la prepa. Braulio Garza, el chico de oro, el prodi

e unos bravucones que se burlaban de su ropa de segunda mano.

mbado de la noche a la mañana. Sus padres habían muerto en un sospechoso acci

ndo hacia el agua oscura y revuelta de abajo. La mi

el brazo, su agarre sorprendentemente fuerte

bía dicho, con l

sus ojos enfocándose lentamen

s feroces-. Y mientras estés vivo, puedes

go parpadeó en las profundidades de

uavizándose-. Eres inteligente. Pued

Luego, una sola lágrima trazó un camino a través de la mugre e

o, la carta de aceptación del Tec de Monterrey que guardaba escondida en

n carne viva y quemadas. Aceptó un trabajo de limpie

alía l

raba despierto, sin importar qué tan tarde fuera, con un tazón de sopa caliente. Le frotab

licidad, pura y simple,

e brillante, construyó una nueva empresa de las cenizas de la antigua

nció el primer gran éxito de su nueva compañía. Estaba de pie

e ellos. El vestido barato que llevaba se sentía como un disfraz. El ai

ncreíble socia -anunció Braulio, su vo

de Eliana d

nida, de Cantú y Asociados,

más que la renta de Eliana por un año subió al escenario. Jessica Cantú

iración que Eliana no había visto en meses. Estaban uno

pareja de poder de San Pedro. Eliana observaba, con el corazón hundiénd

n a anunciar

ntes de las cámaras, Braulio se

se hizo

anta. Las promesas que él le hizo en su pequeño departamento resonaban en su

tomara. Pero ella no quería el dinero. Quería al hombre que la abraz

se mismo mom

o sonó. Er

ta de después ya va a empezar.

u propia voz espesa por l

viejo tono juguetón que usaba cuando

de su corazón tuvo esperan

larga y pesada se

-. El padre de Jessica está aquí. Es important

. Siempre era Jessica. Siempre se

lg

que tenía, un simple vestido negro. Fu

la gran entrada, saludando a los

rcibida, pero los agudos oj

ssica era brillante, pero sus ojos era

distante, indescifrable. Él no la quería aquí. Podí

-dijo Braulio, pero sus p

a, tomó una copa de champán de una ban

mano "resbaló". El champán empapó la

disculpa de Jessica fue fuerte y dra

y humillada, los ojos de la éli

elo de su bolsillo. Frotó su vestido, su toqu

eció Jessica, pasando su brazo por el

ción ya cambiando hacia

levar, una mario

En el momento en que las puertas se cerrar

ó, su voz venenosa-. Ya tomaste el

miró, si

galo? Fue una transacción. Estás pagada. Ahor

o.

arpadearon y se apagaron, sumergiéndolas en la oscuridad. Hub

contra el pasamanos de latón. El dolor explotó detrás d

na estaba torcida en un ángulo antinatural, y pod

chó la voz frenética de Braulio desde

ó ella, su voz d

escotilla de emergencia de arriba. -¡Los cables son inestables

los de Braulio en la tenue luz de emer

itó, sin un instante de

en el pequeño y roto

camino por su mejilla. Se había acabado. Estaba verdadera y finalm

aneció. Eliana miró al hombre que había orquestado su desamo

el a

se levantó y salió sin decir una palabra, deja

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