img Su Esposa Secreta, Su Vergüenza Pública  /  Capítulo 2 | 10.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1547    |    Actualizado en: 16/08/2025

rnardo de la Torre que tenía delante era un extraño. El reloj carísimo en su muñeca, el cálculo frío en sus ojos, el au

s audible. Yo solo era una terapeuta de

probablemente costaba más que todo mi edificio

o. Un cojín rosa y afelpado con las iniciales "E.B." bordadas

n dolor sordo y punzante. Tomé el cojín y lo puse en el

siempre olía ligeramente a aserrín y café. Había ahorrado durante un año para ca

cante. Miré por la ventana las luces de la ciudad que se desdibujaban

exclusivo de la ciudad. El tipo de luga

na vez. Yo había pegado la cara al cristal como una niña, admirando

os hombros con su brazo-. Cuando mi gran proyecto d

o el sueño se había con

n mar de seda y joyas. Bernardo, sin embargo, encajaba a la perfec

ciudad. Bernardo pidió por los dos en un francés fluid

retirara antes de hablar por fin. Su voz er

te dist

mi copa de vino t

a clínica. Cuando el

nte, su expresi

cercó una copa

ugerencia. E

ja y peligrosa-. Evelin y yo nos vamos a casar. Nuestras familias

ortó el

compli

delante, sus ojos

supuesto. Puedes quedarte con el departamento. Te daré una generosa

me dejó s

abras sabiendo a veneno-. ¿Tu esposa secreta, e

somó a sus labios.

to nada por ti. Mi cuerpo no siente nada por ti. Piénsalo como..

dos años que lo había amado, cuidado

agradecido. Así que pagaré esa deuda. Ponle precio. Un

corazón. Pero mi entrenamiento como terapeuta entró en acción. Mantuve

-pregunté, mi voz temblando li

nido corto y ag

irmé cuando no recordaba quién era. Fue

Ben -supliqué, el nombre escapá

ro se e

por ti. Pero yo no soy Ben. Nuestros mundos son demasiad

su vino, su mirad

. Lleva dos años esperándom

¿Qué me

pero me las tragué. No lloraría d

n voz fría-. Ac

se me debía. Me debía los dos años de mi vida que le había dado, las deud

e alivio aparec

gado redactar

abor amargo en la boca-. Me trajiste aq

parpadeó en sus ojos. Un fan

as venir aquí -dij

dio un estú

sonó su

a mujer, dulce y risueña. "¡Bernard

esvaneció, reemplazado por una preocupa

e una tierna ansiedad que nunca me había mo

conversación, pero su ro

muevas. Voy para al

camente, agarrá

Tenemos

dónde? ¿

miedo -dijo, sacándome del resta

na de negocios" porque su prometida tuvo un mal

una colina. No disminuyó la velocidad, simplemente me arras

dijo, con la voz tensa-.

staba utilizando. Yo no era su esposa, ni siquiera un recue

cama gigantesca. En el momento en que vio a Bernardo, se levantó de u

eño más horrible! -gimi

Le tomó la cara entre las manos y la besó

echo. Allí, sobre su corazón, había un tatuaje. Un diseño delicado e int

de devoción-. Me lo hice por ti, mi amor. Un sí

l último aliento ab

una rosa para mí, porque dijo que mi amor le había permitido florecer de nuevo. Ha

bía sido p

No podía respirar en esa ha

voz de Bernardo fue aguda,

e la vuelta-. Parece que ya está bien.

eres recuperar es

lgo en alto. Una pe

e él. Pensé que la había vendido hacía un año y medio a una casa de empeños para cubrir lo último

a había tenido t

como trozos de hielo-. O

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY