gí ante él. Mi padre ya había recuperado a Ava de la niñera con la que Julio la había dejado. Estaba a sal
verla. Mi primera parada fue
o y Whi
abía diseñado. La recepcionista, una joven que yo había con
arrillo! ¡
tenía la vista de esquina al horizonte. Mi nombre todavía estaba e
hé la risa ligera y
on los pies apoyados en mi rara mesa de roble. Le estaba mostrando un diseño e
eando falsa simpatía-. Ya salist
mi ofic
un chico llamado Leo, tuvo la
o sabíamos...
ije, mi voz unifor
eció al
ó al director de urbanismo del ayuntamiento. Un hombre al que hemos estado tratando de corte
de Kenia
¡No dejaba de
a mitad del sur de la ciudad -dije rotundamente-. Un hecho que podr
estaba aquí para salvar mi bote salvavidas. El hecho de que Kenia f
e, su rostro una má
blarme así! ¡Después d
el sonido de su voz elevada. Inmediatamente f
lorencia, ¿por qué es
gimió Kenia, enterrando su rostro en su pecho-. El persona
olo con los ojos
rme. Esta era su empresa pr
sus ojos duros como la piedra-. Florencia, esto es inaceptabl
miré f
el en su rostro-, estás suspendida por un mes. Sin g
tros. La humillación era espesa, palpable. E
tranquila-. Esta firma es mitad mía.
stás a punto de
una cosa frí
mpresa? Puedes tener
rtado. Esto no er
Qu
y nueve por ciento -dije-. Pero quiero u
lor de mercado. La empresa ya se estaba desangra
e Kenia se
o! ¡Así se ir
udó, mi
os, ¿verdad? No soportas ver
as. Fue un sonido
ina. ¿Y tú? No eres digno de limpiarme los
torsionó en una
dita
hacia su
en los papeles. Mil millones
ia mí, sus oj
iró a Kenia-. Kenia, cariño, te ins
guardias de seguridad que se h
jét
azos, sus agarres como hierro. M
voz un suave y malvado
adera naturaleza débil asomándose. Pero luego miró a Julio, a
a bofetada. El sonido reso
ó hacia atrás. M
uevo. Era torpe, débil, pe
ariño. Ella pu
nco y profesionales. Toda la oficina observaba. Mis antiguos colegas, la gente que ha
podía sentir era una frialdad glacial y profunda extendiéndose por mí. Miré el rostro
pensé. Tengo que grabar e
ser nada, para poder recordar lo que