cia perfecta, ayudándolo a ascender de un joven sicario al jefe indiscutible, creyen
é prometerle esa misma protección a una jov
jilla con un trozo de vidrio y gruñó que yo le pertenecía. En público, le entregó mi fundación y
a ambos. Los secuestradores nos pusieron un cuchill
esposa, y dijo: "
de mí y me mataran, yéndose co
viejo leal a mi
nstruí una nueva vida sobre las ceniz
rante, un fantasma de la vida que había ent
ítu
Sterling era una demostración de poder y, como esposa de Bruno Jiménez, mi papel era asegurar que fuera impecable. Estaba exhaust
ido por la noche. Caminé por el gran vestíbulo, deslizando la mano por el
luz bajo la puerta del despacho de Bruno. Qué e
Estaba a punto de tocar cuando escuché voces dentro. Una era l
da en el aire. Un nudo helado c
ntó Bruno. Su voz era
tante. "Todo está en su lugar. Alessa e
ración. ¿Una conspir
uavizó ligeramente. "Está con Xi
con desdén. "Tú tienes que
que miraba a Bruno con ojos grandes y llenos de adoración. Me la había pr
tió Bruno, con voz fi
No dejes que la vieja guardia se entere de es
clic de su encendedor, un sonido que conocía
nes. Mi mundo, que se sentía tan sólido hacía solo unos momentos, se fr
a salvado del ataque de un cártel rival. Era intrépido, estaba cubierto de
r con el legado de mi familia, juró que yo era lo único que importaba. Me compró las flores
extraño, un conspirador que hablaba de otra mujer con
ntras empujaba la
rás de su gran escritorio de caoba, con Brenda de pie a su l
de segundo, un destello de sorpresa, antes de q
un saludo suave y casua
xpresión una mezcla de molestia
o llenó mi boca. Yo había criado a Brenda después de la mue
oz temblando a pesar de mis e
gó. Solo me miró, con una leve y cruel
respuesta fue más dolo
rdad", susurré
Ella es pura, Alessa. Es sencilla. No como tú". Luego añadió
fuera la buena esposa y mirara para otro
surro. Sentía como si mi corazón es
el div
davía amaba al hombre que solía ser, gritó en protesta. Pero la mujer que estaba en esta habi
azada por pura furia. Barrió el escritorio con el brazo, enviando un
izo un corte fino y profundo en la m
ón en dos largas zancadas. Me agarró la barbilla, s
tros del mío. "No vuelvas a decirme esa
a el corte en mi mejilla, untando la sangre. El do
voz ahogada por la ira y las lágrimas
ra estaban fríos y vacíos. Pero entonces, por un
a salvo", dijo, su voz bajando a un gru
lieron del despacho, dejándome sola con los
ía visto su puño de hierro tratar con los enemigos del Cártel Sterlin
a mostrado ese lad
u mundo. Llegaba a casa con sangre en los nudillos, pero se lavaba las m
i padre, en contra del consejo de todos los que
er era absoluto. Y yo ya no era su tesoro
pó de mis labios. Qué rápido pued
imeros rayos del amanecer se colaron por las ventanas. Me dolía el cuerpo,
en el espejo era el de una extraña. Una mu
lavar la suciedad de la noche, la puerta del baño s
e arrojó una pila de fotografías. Se esparcieron por
un café. El ángulo era íntimo, hacié
s esto?
sociado menor de un cártel rival. Lo había visto una vez, una
queó los dedos y dos de sus hombres a
o tomó su teléfono y apuntó la cámara hacia mí. La humillación y el dolor me invad
acción en su rostro. "Ahora tienes algo para recordar es
os, el agua de la ducha mezclándose con mis lágrimas. Una fri
te años, protegiéndome de sus enemigos. Ahora, por
cocina al perro de caza. Yo fui su perro de caza. Lo
o había t
tré mi propio teléfono, mis dedos temblando mient
de que una voz familiar y g
Alessa"
de silencio. "¿Q
as palabras saliendo a trompicones. "Nec
ejero de mi padre, un hombre de profunda lealtad. Bruno lo había obligado a retirarse, pero
finalmente. "Sus ojos
ía tenía su red, la vieja guardia que resp
", dije, colga
ortaría. Y lue