e vista
o había imaginado todos esos años. La sala de mi apartamento en el ático tenía vista a la ciudad en la que m
ridi
mujer que me miraba sonreía. Sus dientes eran impecables, su
que Camila se fue, probablemente preocupado de que cambiara de opinión ahora que todo estaba al descub
ofá de cuero, dejando que los recuerdos
-
desde el primer mo
agradarles a mis padres. Me habían llevado a una casa enorme, con un gran jardín b
inada y con frenos, bajó la escalera brincando,
es de abrazarme ahí mismo en el vestíbulo, sin reparar en que mi ropa e
ue la chica torpe e imperfecta frente a mí tenía lo que yo me había pasado trece años soñando:
ue ni siquiera lo apr
e en su silla, hablar con la boca llena y vacilar sobre qué tenedor usar p
wis, mi mamá adoptiva, sonriéndome. "Camila,
ndo perfecto de Camila. Contrajo la sonris
herm
-
rostro de Stefan iluminó mi pantalla; esa era su quinta l
ás siendo muy
e había estado bebiendo. "Se ha ido. Realmente se ha
tranquilizadora. Ese era el mismo tono que había empleado cuando aconsej
ue... la forma en
dureza se colara en mi dulzura. "Después de
que no. Te amo. Sie
e tu exesposa. Es patético", espeté, antes
an, a quien había manipulado durante cuatro largos años antes de
pósito, al igual que todos los demás
nción. Yo estaba en el centro, por supuesto. Siempre en el centro. Mi hermana est
illo que prácticam
s que me mostraba preocupada por el estado emocional de mi hermana con mi madre, así como unas menciones casual
a hija responsable, el sueño alcanzable, mientras aplastaba lent
a conversación llorosa con mamá, contándole que había descubierto el "diario
imitando la escritura infantil de mi hermana, que me
ersidad. Necesitaba tiempo para "encontrarse a sí misma", así que debía quedarse
abía querido todo el tiempo. Y no me refería a Stefan, quien no había sido más que un
se. Que al fin se diera cuenta de que todo lo que creía suyo, el amor, la seg
má: "Rosa, por favor, ven. Tu padre y yo ne
la confesión renuente sobre la persecución de Stefan, y final
adecerían por protegerlos de u
rfecto para mi siguiente escena. Algo sutil pero c
sido el regalo que Camila
a tu increíble sentido de la moda",
oportunidad y hasta la mínima pizca de aprobació
ton
estada durante la preparatoria. Yo esperaba hasta que ella tuviera algo importante, una cita
isculpaba por las molestias. Nunca dejó de intent
la huérfana asustada y enojada que había entrado en la casa de los Lewis hace tantos años. Bastó con
na, y me preparé para mi siguiente actuación. La reunión familiar necesitar
, practicando mi expresión de preocup
dicó antes de irse, yo nunca la había visto antes, ni una sola vez, en
o si finalmente hubiera visto a través
ersonalmente de eso. Se iría, se recuperaría de sus heridas, y tal vez intentaría empezar d