ez. Cuando desperté, no había familiares, ni promet
na patrulla de la guardia
frío-. Dijo que le dieran el mejor cuidado. Él y el resto de la fami
sto que l
diente. Era el Dr. Cuevas, el mismo hombre que ha
tivo en sus pulmones, señorita Ríos -dijo suavemente-. Me
ras nadaban ante mis ojos, pero el mensa
de la cama y caminé por el pasillo
a de Hailey estaba entreabie
. Sí, Damián y Fer me están cuidando muy bien... ¿Oh, Elara? Los médicos dijeron que está bien.
pa
mi madre, metálica a través del teléfono-. Mi
que ya estaba destroza
y se dio la vuelta. Me
nte sonrisa se exte
oz un susurro triunfante-. Ya no
a un desgarro crudo en mi garga
do desprovisto
familia perfecta, el prometido perfecto, una
n con una intensi
ngo a tus padres, a tu hermano, a tu p
a dejándome entumecida. No quedaba ira
Y todos estarán tan cegados por mi dolor que ni siquiera lo cuestionarán. Damián es tan fác
cerca, su sonr
a pequeña sorpresa más planeada
n que ella lo viera, mi mano estaba en mi bolsillo, mi pulga
una de horror fingido. Corrió hacia la venta
¡No me empu
ego
ico de Damián. Miré hacia abajo y lo vi corriendo hacia la forma arrugada de
rostro una má
¡Necesito
la actriz, logró
e Elara... el
. Sus ojos se encontraron con los míos,
gruñido bajo y aterrad
s guardaespaldas que
Llévenla a
anos ásperas en mis
dentemente firme-. ¿Ni siquie
sonido ás
o haría? Sé
mí. Eran por él. Por el hombre que solía ser, ahora
nfiado en mí.