ñamente segura a la vez. Las paredes desnudas, apenas decoradas con diplomas y cuadros abstractos, parecían
sitaba ayuda. Que este tal Dr. Rossetti era "la clave" para desbloquear lo que mi memoria se negaba a mostrarme. Su
aba a punto de enfrentar algo que podría
esa mirada intensa que parecía atravesar hasta el alma. El Dr. Rossetti t
endiendo la mano-. E
na chispa incómoda que me hizo retirar la
cillo -dijo él, sentándose fre
necesitaba nada, que todo era un error. Pero la
-logré decir
ó con com
cuerdos fragmentados -murmuró-. Nuestra mente
, una mezcla de náuseas y alivio. ¿Era posible
o el sudor comenzaba a perlar mi fr
do? -preguntó suavemente-. Lo que
ién había una parte de mí que deseaba aferrarse a cual
ores rojas, el olor a tierra mojada
tó algo en su cuade
refugio, el deseo de protección -di
o me recorri
pregunté, co
lo que nos protege
da oscura y su abrazo posesivo. ¿Era
on por una nueva sensación, un f
sordo de un reloj marcando el tiempo y mi propia respiración acelerada. Vitt
r -decía-. Estoy aq
más fuerte, y la
ti, preguntándome si él podría ayudarme
que te vea? -pregunté, con una
omento, y luego habló con un
tas alguien fuera del círc
ó a apoderarse de mí. ¿De qué círculo h
Estás aquí para ayuda
ó, una sonrisa que tenía
es muy fina -dijo-. Pero te prometo que mi
mo y a la vez una advertencia. Sa
tensaba y se relajaba a la vez. El sudor frío, las náusea
a entre nosotros, que despertaba algo inespera
la mirada de Vittorio sobre mí, como un peso invis
sin permiso, con un gesto qu
eguntó con voz baj
r frío correr por mi espalda, y
stás segura. Pero no olvide
o me desgarró. ¿Era una
rota comenzó a asomar lentamente, como u
tensos, un grito ahogado, una mano
maginado se desdibujaba, y yo
ntaba dormir, un nuevo pens
desenterrar no fuera la que yo esperaba? ¿Si me enfr
ó en mis huesos, y sentí que al
curo y
, escuché un susurro en la oscuridad, una
-dijo la voz-. Él
convirtió
advirtiéndom
na tormenta estuviera a punto de estallar dentro de mí. El recuerdo de a
abitación se sintiera más pequeña y a la vez más intensa. Me miró con esos ojos oscuros que parecía
tras abría su carpeta-. Me gustaría que me
ilia y el abismo. Casi no los recordaba,
nas un susurro-. Había rosas, pero también espinas.
anotando con
talina. Las rosas, tus deseos y esperanz
on el deseo, el miedo se colaba entre cada respiración. Vittorio no e
te persigue? -preguntó Rossett
surgiera. Pero solo vino un destello: una mano
ití-. Solo sé
erfume, un olor a madera y tierra mojada, que me hi
tu memoria -dijo con voz baja-. P
dose con las náuseas que siempre me acompañaban. Era una mezcla de deseo y peli
e antes. Vittorio, acercándose a mí en la penumbra, sus m
s, Catalina. Yo
ue me hizo apartarme, una somb
notó mi tensión
peres es una batalla -d
e a esa promesa, pero la culp
uele? -pregunté-.
na mezcla de com
os juntos. Pero primero, debemos en
abrió abruptamente y una e
lina. Para ayudart
or y el miedo. Tomé el vaso temblando y bebí desp
o apareció sin avisar, con esa sonri
or? -preguntó, su voz un
permiso, un calor que subía desde el
í-. Pero creo que
a cara entre las manos,
erte, Catalina. Aunque
mismo tiempo. Sabía que detrás de esa ternura
vió mientras me entregaba a ese abra
rrar con más fuerza. Fragmentos de recuerdos que no quería enfrent
ra de Vittorio, como un far
odo se entrelazaba en una danza p
o frío en la muñeca. Abrí los ojos y vi una nota desliza
odean. La verdad es más o
o se me
do esa nota? ¿Y q
lvió insoportable, y supe que