que limpiaba todos sus desastres. Todos pensaban que estaba enamorada de él. Se equivocaban. Hice todo por su herm
ta para por fin llorar mi duelo en paz. Pero esa misma noche, la novia cruel de
l auto y desperté en una cama de hospital. Alejandro me acusó de hacerlo para l
ía empujado, y me estrelló contra una pared con tal
r un vaso tras otro de whisky, al que él era mort
ad. Para demostrarle su amor a Chantal, me subió a
no para honrar la última voluntad de
puente donde murió Julián. Le envié un último mensaj
da por lo que
ítu
Camila Soto era la sombra de Alejandro Villarreal. Durante cinco años, fue más qu
uso una vez se echó la culpa de un accidente automovilístico que fue culpa suya. Era un
a los chismes de oficina durante años. Creían que estaría a su lado para siempre, un elemento permanente en la tor
ta
nun
alista de Alejandro, fueron una bomba que detonó en el s
gal de la empresa, se atragantó con su café. Miró a C
Camila, ¿ha
ácida. Colocó una simple carta de un
mi trabajo ha sido transferido
on pasos firmes y sin prisa. Todo el piso pareció contener la resp
a ni reservó un vuelo. Tomó un taxi hasta el pa
una lápida de
N PAL
a que podía iluminar una habitación. Tenía la misma mandíbula afilada y los mismos ojos intensos que Alejandro, pero
se rompió. Una sola lág
spesa por un dolor que cin
Mantuve
Hace cinco años, el chirrido de los neumáticos, el esermitentes y olor a gasolina. Él estaba
su mano encontrando la
sea -sol
hermano. Cuídalo. Solo... dale cin
andro. Le estaba dando una salida. Estaba evitando que se ahogara en su dolor, que lo siguiera
real, la mujer que satisfacía todos sus caprichos, que absorbía cada gol
a estaba cumplida. Su propio deseo, reprim
quila finalidad en su tono-. Estoy tan
sta para
na intrusión dura e
Es Alejandro. -Su voz era frenética-. Ch
o de Camila s
na mujer que trataba el amor como una ser
bras saliendo a trompicones-. El ganador se queda con los derechos de la carre
llejeros; eran criminales, conocidos por su violencia. La car
r una decisión consciente, llamando
se había reunido, sus rostros iluminados por el resplandor de los faros. En la línea de salida estaba el
colgando de sus labios. Chantal se aferraba a su brazo,
rrió hac
-Parecía
do esto? -preguntó Ca
beza hacia Chantal-. Dijo que si gana, sabrá
amigos de Alejandro, le di
hantal solo te está poniendo a prue
ejó pasar. Se volv
manteniéndote fuera de la cárcel, ¿y vas a
un segundo, algo indescifrable cruzó su rostro. Luego
s palabras, afiladas y frías-. ¿Viniste a verme cho
udo floreció en su pecho, dificultándole la respiración
to hasta él. Le quitó las
stás haciendo? -
on voz firme-. Soy mejor conductor
intió de
a. Todo lo que Chantal quiere es la vict
ento del conductor, el cuero frío contra su piel.
ándola. Intentó protestar, sacarla, pero e
-gritó, golpeando la ve
s tranquilos y vacíos. Neg
ra de sa
El motor gritaba mientras lo llevaba al límite, los ne
s desaparecía en la primera curva. Sintió una extraña e desconocida opresión en el pecho. Vi
l suyo, tratando de forzarla a salirse de la carretera y caer por el acantilado.utó. Condujo con una
iolento empujón, el coche de Los Víboras la hizo girar. Por un m
choque ens
ra la pared de roca justo despuéscayó sobre
ada. Camila salió, cojeando. La sangre goteaba
tambaleándose. Le puso la ficha de la victoria
o, su voz ape
pusieron en blan
balanzó hacia adelante, atrapándola
an frágil como un pájaro. Un sentimiento que no p
teñida de un pánico que
o de Julián en la suya. Una leve sensación de paz se