osotros. Cuando el brazo de Santiago cayó sobre mí mientras dormía, me
a oscuridad me sobresaltó. No ne
que no bebiera tanto. Si fue grosero, dí
eocupación y justa ira en mi nombre. Pero podía ver la verdader
tivo que nunca supe que t
nte a mi lado, su cabeza en la almohada, lucien
mos a taparle ese viejo tatuaje mañana. D
oda la noche, no res
vengativo. Era una victo
e primaria, callada y asustada, su ropa un poco pequeña, sus zapatos gastados en los t
i tratando de no llorar mientras recogía la comida
e mi familia se extendió a ella; mi mamá le compró ropa nueva cuando vio a Carla tem
n agradecida, sus "grac
i comida. Se acos
camino, se acostumb
ome. Cada acto de bondad, cada secreto compartid
sol, las lágrimas trazando silenc
io de tatuajes en el centro. El aire
por ser el esposo perfecto y atento. Incluso me preparó un iPad con mi serie favorit
n cuarto trasero
staba conteniendo. Quizás podríamos arregl
orriendo de la habitación,
ón dio u
cede?", pregunté, a
voz tensa. "Tuvo un
¿Hoy? ¿Ahora? No podía ser una coincidencia. M
nte. "Tú quédate aquí y
ojos desorbitados. "Tengo
n moverme un centíme
i mejor amiga. Yo iré a ver cómo está. Tú t
, el mundo par
imulado asco en sus ojos. No estaba mirand
iseó. "¡Su coche está destrozado!
"¡Esto puede esperar! ¿O qué, quieres que to
r, agarró un rastrillo desecha
opia piel, justo sobre el tatu
té, mi voz quebrán
otra palabra, dejó caer el rastrillo y salió corriendo por l
a, mi rostro una
ó. Una lluvia fría y dura comenzó a caer,
casa. Durante todo el ca
ó al entrar por la puerta d
uminó con un tor
de hospital, pálida y lastimera, con un pequeño vendaje en la
antiago viniera, Ele. Me
*Supongo que al final no se
sentimiento. Estaba más allá
flejaba mi rostro, mi expres
payasa d
a sensación de liberación. Finalme
i un baño caliente, dejan
de nuevo, su timb
gua se derramó por
el te
Ca