al estaba ligeramente entreabierta. Un nudo de pa
risa suave lleg
n Montes. Ignacio estaba sentado en la mesita de centro frente a ella, dán
ectamente escenificado. Y y
sonrisa vaciló por un segun
G
n de par en par. Inmediatamente se encogió contra
o la voz baja, como si yo fuera una intrusa-. Evelyn no s
risa cor
i departamento. Mi nombre está en el contrato de
su expresión se
ómo es ella. Crecimos juntos, siempre la
de mí que siempre había puesto excusa
lo prometo -dijo, su voz un mu
la vuelta y caminé hacia la habitación de
risas de nuevo, más fuertes esta vez, mezcladas con el sonido de la
. Las lágrimas que había contenido todo el día final
a del dormitorio crujir al abrirs
a? -Era Ignacio, su vo
eso hizo que el colchón se hundiera.
ucho con lo que lidiar. El bebé... tendremos otro
ue yo lo había hecho. Se disculpaba por el inconveniente, no por la monstru
grito agudo v
¡Nacho, d
un salto como si lo
Ev
adilla! -gimió
otra mirada hacia mí, sali
Evy! ¡Es
baja y tranquilizadora llegó por el pasillo mien
de la cama. El olor a café y tocino llenaba el aire. Por
tré en l
ete, vistiendo una de sus costosas camisas de seda, con las piernas desnudas colgan
un comercial de café. Yo era
eció. Instantáneamente adoptó su mirada de cie
ra. Ya te
alto para que yo la oyera-. Quiero
Ignacio, volviéndose hacia el refrigera
ctitud de Evelyn cambió. El miedo se desvaneció, reemplazado
-dijo, su voz un veneno almibarado-. Me dijo que nunca quiso
ncimera. Levanté la cabeza bruscamen
elyn Montes. Mi tío es uno de los productores más poderosos de la indus
enta de cuánto. Por eso Ignacio estaba tan desesperado por protegerla. No
ito agudo y se deslizó del tab
ló, agarrándoselo-. Gineb
. Me vio de pie cerca de ella, la vio en el suelo, y no
nios te pa
squina de la isla de la cocina. Un dolor agudo y punza
. Ya estaba en el suelo, acu
n, Evy? ¿Te
llenos de un odi
, idiota! ¡
-tartamudeé, el dolor
oz baja y peligrosa-. No vuelvas
sacó de la cocina, dejándome all
vientre, una oración silenciosa
Y acababan de dec