de bodas amaneció con un
, pero que me había llevado a la muerte, sola y despreciada en un h
lada, tildada de loca por pedir el divorcio, para acabar abandonada por mis propio
acusándome en el hospital mientras yo agonizaba y de mis hijos creyendo las vil
desesperación; con la memoria intacta y un frío propósito, me