xico para sorprender a Ricardo, mi esposo
trabajaba, con mi hija Camila de la ma
mujer, Sofía, demasiado cerca, demostra
e lástima y vergüenza, lo confirmaron: la e
pequeña Camila, ajena al drama, le di
de la doble vida que Ricardo había construido a mis espaldas,
cuando Sofía abrió la puerta del apartamento de Ricardo con su
ra de la esposa engañada y la última en en
ar diez años de mi vida, donde yo sacrifiqué mi car
Ricardo, esto no