último que recordaba era caer de una azotea, el rostro aterrorizado de un bomb
ro, todo por un hígado para su 'preciosa hija biológica', Camila. Y mi novio, Marco,
s de donación de órganos, las conversaciones secretas, y fotos de Marco y Camil
uevo, con los fuegos artificiales burlándose de mi sufrimiento. Quería saltar, pero el miedo de dañar a un inocente me det
o en un instante de desesperación y burla de la mu
timo que escuché ant
ió hacia mí, mencionando algo sobre el desmayo en la alfombra roja, y de repente,
no me dio una segunda oportunidad, y ahora mi única misión es proteger al h