l perlado, con caligrafía dorada que br
e casaba c
ás bella y codiciada, se unía al mag
osidad, había invitado a todo
, excep
fía, no estab
sorp
siempre fui una
humilde en las afueras de la ciudad, una mujer qu
ta sonó, interrumpie
ño, Pancho, ladró de
ara calmarlo
el
tida con un traje de diseñador que proba
bles, Valeria y Camila, me miraban
era dulce como la miel, pero su
a asegurarme de que no
ije
a a mi boda", con
mportante. No queremos gente como tú, cazafortun
peó, pero mantuve m
fort
la su
espondí con v
es, no tenía i
pareció e
r que yo?", siseó, da
mo si el mundo te debiera algo. ¡No e
ó, sintiend
, vete", le pedí, mi
a? ¿Con qué dinero pagarás a u
la s
ede pagarse una
la me
, pero me tomó por sorpr
as a hablarme
señar cuál e
cabello, tiran
do me recorr
nieron, sujetán
ropia casa, hacia la camione
pero er
fuertes contra una que apare
e, corriendo en círculos a n
perro molesto!",
pateó
do de mi perro me
grité, mi voz queb
gnor
la parte trasera de la cami
la darle una ord
. Diles que es una vagabunda lo
o se puso
detrás de la camioneta, ladrando desesperadamente, has
que olía a desinfect
per
me sacaron de la camione
que te cuidemos", dijo uno de
n a una jau
de concreto f
con un sonido met
onido de los ladridos y gemidos de otros
ltraba por mi
a mí misma
que me habí
una simple an
mi mente, no vi las
es dorados d
metido de Isabella, inclinando
milias más poderosas de Mé
o sabía
unas" a la que habían humillado
odo lo que el
y pronto, lo