to y alcohol derramado llenaba mis pulmones. Estaba de rodillas en el suelo, con el
ra mi prometido, me miraba desde arriba, su ro
a tan brillante, diseñaste el rascacielos más alto de la ciudad. ¿Pero por
materiales de mala calidad, las estructuras inseguras que ponían en riesgo mi
inge
n la cara, "mi socio, 'El Buitre', no me habría abandonado. Ahora, tengo que pagar un precio muy a
del brazo. "Diviértete," le dijo Ricardo con una
o oscuro, lo entendí todo. Él nunca me amó. Fui solo
ivorcio. Él
i amor. Tengo otro
nando Díaz, un urbanista respetado y honrado, fue acusado de corrupción. Su reputa
el hombre elogiado por los altos mandos y
ción, la destrucción de mi familia... todo era dem
ces, de
raba los domingos llenó mis sentidos. La luz del sol se filtraba p
va. Estab
ocaba mi rostro. No había cicatrices, no había rastro del sufrimi
a
es de Ricardo venían a
n la puerta me s
tás despierta? Los señ
llena de alegría. La misma
do a mil por hora. No era un sueño. Habí
sonrisas humildes y falsas en sus rostros. Mi padre, Don Fernando, conversaba con
ntó de inmediato, sus ojos brilla
a estás más hermosa. Ricar
icardo. "Esa tonta de Ximena, si no fuera por el estatus de su padre, ¿quién se fij
había convertido en piedra,
. "Mi Ricardo es un buen muchacho, pero es muy testarudo. Sin ti, Ximena, no sé
Todo era
a mi padre, su voz tembland
ja. Nuestra familia es humilde, no tenemos el prestigio de los Dí
a pierna del pantalón de mi padre,
o hijo se una a su familia. P
ón, se apresuró a levantarla, inc
vor, levántese. No hay
ma. Recordé la cara de esta misma mujer cuando me vio en el burdel, una mirada de triunfo y desprecio
La ingenua Ximena que se sonrojaba con sus halagos había muerto en e
ndo que me sonrojara, que aceptara con timidez,
una sonrisa cálida.
illa y miré directamente a los
ra y firme, sin
pero no pu
Las sonrisas se congelaron en los rostros d
onmigo," continué, mi voz cort
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