ión seguía con sus teo
e golpeaba la cabez
íritus malignos dejan marca
poco de salvia. ¡
onrisa que na
loca, malign
upie
dad en esa habitación había sido la d
chat por un momento, c
en el piso de madera
evantó con la pu
bía un pequeño cuade
o Ricardo, su voz mostra
ló el polvo d
... un
se vol
LO! ¡L
a diabla! ¡Esto
do! ¡Puede tener
lo polvoriento, apoyando l
el d
nía una caligrafía p
marzo d
ezó a leer
mi familia biológica. Mi mamá, mi papá... y mi hermano, Miguel Ángel. Es tan guapo y amable.
resonó en la hab
ó cuál me gustaba. Me sentí tan feliz que lloré. Por primera
ríguez, Miguel se
ado de
ecor
día, sus ojos brillantes
a promesa q
rompió de la peo
, como veneno, comenzó
con voz ronca, s
se movió