en el saló
nosotros. Podía sentir la conmoc
la sorpresa. Sus dedos se aferraban a su pequeño bolso
o.
az de formar una
su respuesta, mi expresión seria y llena de una
emonios crees que
y furiosa romp
acercó a grandes zancadas, su rostro eleg
mismo! ¿Cómo te atreves a humillar a nuestra familia de esta
en Sofia con un
u mirada venenosa, como
me habría hecho sentir culpabl
o y
ñora Pérez y Sofia, prot
y calmada. "Creo que sabe perfectament
edó helada, su ira va
estás h
é, mi voz cortante. "Huyó de su propia
mi padre, cuyo rostro
rido hermano men
ectivo recor
eran de lástima por mí,
de las familias más prominentes, envuelta
otar. La señora Pérez se tambal
a! ¡Estás inventando esto par
risa amarga
salvando a su hija de un matrimonio sin amor y a mí mismo de
llorando en secreto por Miguel. Las llamadas telefóni
padre, siempre obteniendo lo que quería, inclu
ntira durante
o. Un compl
aba frente a ellos ahor
quiero de vuelta. De hecho, me siento... aliviado. Le concedo su dese
presa se había transformado en algo más: una
vine aquí para casarme. Y tengo la in
ndí l
juro que te dedicaré el resto de mi vida. Te protegeré y te h
ga directa al corazón de l
se encontraron con los míos. Vi
abía que la gente la cons
ella me había amado e
faro silencioso en mi oscuridad, u
no la deja