enta
y nietos organizaron una gran fiesta, invi
esposa, sonreía con una elegancia impecab
pareja más f
durante cincuenta años,
ura yacía en su lecho de muerte, su
rodilló junto a su cama y le preguntó con voz
con dificultad y me miró. Sus ojos, antes brillante
hermano menor, Miguel, y a mí juntos. Es
uedó en un sile
n entre sí, sus rostros una m
ma po
s sobre mí, como
perfecto, el yerno ideal. Cuidé de Lau
timo deseo no tenía
con mi propio hermano
ir
mi voz sonó extr
o que el
e convertí en el hazme
durante toda su vida, y al final, ni si
io, y ella todavía amaba a
más famoso de
pero no sentí nada.
s, agotado ha
solemnemente en mi corazón, nunca,
o era tan agudo que
ad profunda
.
ecedor me sacó
¡Ricardo, d
s ojos
icamente decorado, con un traje de novio hecho a medida. A mi alrededor,
res frescas l
.. era el dí
con Laur
a el centro del salón
.. la novia
la multitud. Murmull
dre clavada en mí, y la expresió
erando ver mi humilla
intieron
o. Una liberación que
llación. Supliqué a la familia Pérez, prometiendo encontrar a Laura, sopo
zo de mis cincuen
cometeré el
ue se vaya con Miguel,
ís, no volveré
ió la multitud, ignorando la
onces
había una chica con un sencillo vestido rojo.
e era So
vitada insignificante, la hija de un so
su nombre. Re
o la espalda y me encontré en la ruina, f
n una reputación de ser "
trás de esa fachada, había
ción y la angustia en su mirada, una emoción
na dec
elegiré mi p
atravesando la multitud atónit
e frente
rza, pude verlo en el li
oz clara y resonando en el s
ia R
muy abiertos, sin poder cre
. ¿Estarías dispues