advirtió él, su mirada fija en la mía
contigo. Déjame ayudarte. Déjame estar a tu lado mientras construyes tu
y agradecido bajo la lluvia. Y yo creí qu
un genio del marketing, pero sin contactos, sus ideas
vez, recurrí
ué a Carlos Salazar, el implacable p
eo. Veía a través de su carisma la
i, Sofía. Te hará daño,"
de desesperación, me arrodillé ante él. "Si no lo ayudas, m
amaba por encima de todo. Pero fue mi abuela, Elena Sa
. Mateo nunca debe saber que la ayuda viene de nosotros. Quiero que ocultes tu identi
ep
tos para canalizar discretamente contratos y oportuni
el primer gran contrato,
erlo!" exclamó, levantándome en brazos.
elicidad. No quería el mu