la hacienda familiar, un lugar impresionante rodeado de campos de agave azul. Mateo,
s y cámaras de televisión, detuvo la músi
s especial, no solo para nuestra familia y nuestra empresa, sino para mí. Porque esta no
acia mí. Sentí el calor de los f
negro. "Ximena, mi amor, sé que las palabras no son suficientes para expresar lo
te diseñado. Era único, magnífico. "Un sol, para mi sol," dijo. "Para que nunca olvides que
as disparaban sin cesar. Mateo me besó, un beso para las cámaras, y yo sonreí, una sonrisa para el
urró al oído una de las esposas de los socios
, mi voz sonando e
gar, con un vestido rojo que desafiaba la decencia y captaba todas las miradas. Caminó
la victoria del otro día. Fue... espectacular." Su mirada se
su tono repentinamente t
ose de hombros con indiferencia. Luego, deliberadament
zón se
diamantes y platino. Idénti
Era una declaración, una marca de posesión, una bofetada en la cara
ó. Se volvió hacia Isabella, su voz un gruñido
bes perfectamente que no son una imitación." Su mira
ella. Con manos temblorosas, lo s
s dio anoche. Dijo que el sol re
el tuyo era más grande porque tu papel de esposa
a hizo un juego completo. Él se quedó con los aretes para m
o que me atravesaba el pecho. Levanté la vista y vi a Mateo, todavía discutiendo en voz baja con Isabella, tratando de controlar la situación, de proteger su imagen