o Vargas, tuvo un acci
hospital, me miró con
, ¿quién
me explicó que Alejandro sufría de amnesia s
todo lo relac
sabía la
aba fi
s, pero mi rostro permaneció impasible. No lo desenmascaré. Simplemente asentí
desconocido, pero el tono de voz al otro lado era
ía R
gunta, sino un
o Civil en una hora. Para fir
pecho. "¿Divorcio? Alejandro, nuestro certificado de matrimonio se convirt
s difícil. Simple
nea quedó muerta, zumbando en mi oído
so y olía a papel viejo y a desesperanza. Alejandro ya estaba allí, d
o esta
de su brazo, con una sonrisa triunfante en su rostro. Lle
onrisa de Vale
a verte aquí. ¿Vien
dulce com
da, sus ojos fijos en un punto en la pared detrás de mí. Su indiferenci
o de esto?", pregunté, m
. "Por supuesto que está seguro. Él no te recuerda, Sofía. Para él, eres
llamada rápida. Su voz era autoritar
o que se acelere un proceso de div
a breve
rta el cost
zó a moverse con una eficiencia nerviosa que no había mostrado antes. El poder de la
vorcio recién impreso. El papel todavía estaba tibio. Nuestro matrim
a se detuvo y se volvió hacia mí, su e
s en la villa. Tienes una hora para recoger todo y largarte.
jandro, esperando que dij
indiferencia. Era como si realmente no me conociera. Como si l
n la garganta. Mientras el auto se alejaba, vi por el es
os. Cinco años de amor, de sueños compartidos, de construir una vida juntos. Todo reducido a u
e que jamás había presenciado. Y lo peor era que yo, la ú