lujosa sala, un sonido agudo y
rdián", gimió suavemente a
paralizó: Sofía, con un tacón de aguja,
uego el silencio, sólo roto por el oscuro charco
o, yacía inerte, mientras la mujer a la
desgarrada por el horror y la incredulid
me arrastraran al sótano, un lugar húmedo y
tenlos", y entonces sentí un
pitbulls de pelea cuyos ojos brillaban
as esto!", supliqué, el corazón
rriba: "¡Demasiado tarde, mi amor! ¡
oteando saliva, sus dientes destrozando mi ca
fusión flotando en el frío y húmedo sótano, u
a historia y planificaba profanar la memoria
la farsa de Rodrigo continuaba, una reali
sino la completa ceguera y la prof
rigo? Y, ¿por qué Sofía se hab
sin nombre, mi espíritu juró