llamada a
l llanto, diciéndome que Ricardo, mi espo
idos, esa farsa elaborada
e era una mentira, porque él mismo me había contado la ve
e los ojos y vi cómo mi mundo se desmoronaba mien
simular su muerte, asumir la identidad de su hermano gemelo
tomaré el lugar de Jorge, así el negocio de la moda seguirá, y Marian
nfierno, acusándome de traer mala suerte, arrebatándome to
da, sonriendo a las cámaras, mientras mi
dinero para medicinas, murió en mis brazos; yo
sol entraba por la ventana, y el calendario m
a oportunidad. Y esta vez, no sería la