e suicidio f
iento torpe, la hoja me rasgó el cuello. No fue un corte profundo, no lo suficiente para m
iendo?- gritó el hombre, empu
del corte se mezclaba c
a asustáramos, que la hiciéramos sufrir, ¡n
ria. Me dio una patada en el es
con ella hasta que él diera la orden
de la voz de Alejandro en mi cabeza lo qu
eguntó Alejandro, su voz tan calmada co
tema tembló po
nte débil. Ya sufrió una herida de arma blanca y un fuerte golpe. No pue
zás se detendría. Quizás aún qued
murió tan ráp
o debe ser completo. Cien por ciento. No puedo dejar ni una sola pizca
amente
io de la seguridad de Elen
sentido extraña, un poco mareada, y le había rogado a Alejandro que no fuera a trabajar, que se quedara conmigo
mportante, mi amor. Es po
ro fu
malo pasaría era la mentira más cruel de todas. No fue un accidente. Fue
mis costillas, la conversación en mi cab
brá la verdad. El amuleto es
Alejandro frunciendo el ceño,
que son alucinaciones. Y cuando todo esto termine, la llevaré a casa. La cuidaré, la mimaré. Le da
ensa
mi perdón con lujos después de destrozarme el cuerpo y
ntinuación fue lo que
siempre. Si es necesario, destruiré la reputación de Sofía. Que todos piensen que es una cualquiera. Así, cuando yo la
sonó casi humana
tación? ¡Es una abogada res
ra un susurro mortal-. Lo único que importa es q
no era una persona. Era un objeto, un escudo de carne y hueso, y mi propio esposo estaba a punto