ana sin noti
la. Cenábamos juntos, hablábamos de mi universidad, de sus planes de empezar un peq
frágil. Sabíamos
, a través del celular de Carl
una noticia de un b
en evento de caridad: mujer ca
or supuesto
la empresa de catering que servía en el evento.
ctuar con discreción, se paró frente a él y empezó a canta
con una mezcla de
alrededor em
conocida por ser la hija de un político muy poderoso, ni
as ella seguía gritando que El Patrón era el amor d
léfono sonó. Era un
El
a a pagar!" gritaba, histérica.
a? ¿De qué
que vestirme con este uniforme ridículo de mesera! ¡Me habría visto como un
retorcida que er
ntando como una loca en medio de u
biblioteca, nunca entenderías! ¡Ella lo envenenó en mi contra! ¡E
ras, Elena. Ya no
tu problema! ¡
a convicción helada. "Dejamos de serlo el día que de
de que pudi
ibros. Decidí que no volvería a contestar
mí como espectadora. Que el mundo fuera su escenar
me en mi propia vida
la universidad para estudiar. Mientras pedía
ia. La prometi
ue en las fotos. Irradiaba una confian
sonrió l
¿verdad? La her
zada. ¿Cómo sab
gusta saber con quién estoy tratando" . Su voz era suave, pero h
e qué
o estoy aquí para amenazarte. Al contrario. Creo
sus ojos vi algo que no
alia