egreso. El día que había estado e
. Pasé el resto del día inquieta, revisando mis malet
n mensaje
edo esperar a verte. ¿Est
él, necesitaba que la realidad borrara por
llegó casi
rta de nuestro departamento, esperándote
la puerta... esperándote". Era una frase normal, pero después de mi pesadil
"Para, Sofía. Te está
uestro edificio. Cada semáforo en rojo aumentaba mi nerviosismo. ¿Y si
edificio, respiré hondo. Todo est
maleta. Caminé hacia la entrada, mi corazón latien
onces
a entrada principal, estaba él. E
chada, y en su mano, una bolsa de plástico de l
eló la
n una sonrisa grasienta. Caminó
¡Finalmente
cedí horrorizada, chocando co
í!", grité, mi
a mirar. Manuel me miró con
a? Soy yo, tu Manue
rrar mi brazo. Su tacto era húmedo y desa
conozco!", grité, t
é a la multitud. "Este h
s ojos se llenaron
fono? Me dijiste que estabas deseando volver a casa conmigo, que
. eran una distorsión de mi conversa
ueltas. La multitud me miraba con
prometido es Ricardo,
sesperación. Manuel adoptó la postur
o para ti, mi amor. Pero no ti
cia él. Empezaron a murmurar entre ellos
, ella parece
encierro
acercó a mí con u
n nos hace olvidar las cosas. Pero
", grité, sintiend
la policía?", preguntó un hombre jov
a oleada de esperanza. "
mano, con una expresió
rio. Entiendo que
ntalones y sacó una cartera gastada. De ella, extrajo
mintiendo. Somos
rpresa, y luego a vergüenza. Le pasó el documento a la mujer mayo
on mi nombre, Sofía Ramírez,
o, todas las miradas se giraron hacia mí. Y
usurré. "Es falso. ¡
ue apenas podía desbloquearlo. Fui a mi galería de fotos, a la ca
la carpeta, mi
s habían
Manuel. Manuel en la playa conmigo. Manuel en la cena de Navidad con mis padres. Manuel y yo, sonriendo
o y absoluto, me invadió. Esto no era posible. Algui
yor, desesperada. "¡Mire! ¡Esto no
ima, como se mira a algui
mija.
fono y se alejó, sa
dispersarse, lanzán
egar a su propio
er que aguantar
evarla a un
o acusador. Manuel se acercó lentamente, su falsa
Vámonos a casa. Ne
e me quedaba. Mi mente estaba en blanco, mi corazón hecho pedazos. Es
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