Elena le dio a Mart
an salón, en el pasillo oscuro que llevaba a l
con un sonido sordo. El m
su aliento fétido. "Viste esa mirada en sus ojos. Cree que es
de mi cabeza hacia atrá
¿Crees que esa mujer compasi
illa. El impacto fue tan fuerte q
protegerte de m
os raspando el suelo irregular. Me arrojó al
neno. "Lame la suciedad. Es el único lugar a
ro de sus botas. La humillación
is costillas. Un dolor a
que las
mi tío Ricardo resonó de
Qué estás
su rostro pálido de h
mente, adoptando de nuev
ando a esta criatura su lugar. Después d
ro noté una vacilación en sus ojos. Estaba atrapado entre la decencia que
detuvo con un brazo. "Elena, no te in
, suplicó Elena. "¡Mira
hó la indecis
íder no puede ser vista como débil. Debe entender que la basura como... ella... debe ser cont
da tortura, cada humillación, cada gota de mi sangre derramada,
ntina que se asomaba tímidamente por la puer
oder, era demasiado importa
a Marta, evitando la mirada
y se llevó a una Elena d
a se ha
sola de
a de pura maldad. "Ves.
re mí de nuevo
a agonía. La sangre goteaba de m
linaba mi cabeza,
na calm
realidad, Marta. Muéstrale al clan su verdadera n
el abismo, el ascenso s
dos ustedes... s
ua tocó el cuero em
erra y la podredu
taba saboreando el dulc