a de la familia Robles era larga y oscura. Mientras caminaba por el largo camino de entrad
grito de furia, sino un murmullo controlado, casi seduct
ca que conocía bien. Primero la to
enía que decir," respo
crees que irás? ¿Quién te dará trabajo? Sigues siendo un Robles, y tu escándalo
sin posibilidad de reparación. ¿O es que ahora te pr
bloqueando la salida en el gran portón de hierro forjado. Doña Elena bajó del coche, seguida por
do los brazos. "Si quieres irte, bien. Pero no te llevar
dinero," respo
daré. Tu regreso a la empresa está fuera de discusión. Los socios no aceptaría
a emocional, era una amenaza de negocios. Mi puesto, mi traba
anta y se acercó, extendiéndome de nue
dad. Te comprometes a no hablar públicamente sobre... asuntos fa
i silencio. Pagar para que su im
firmé en la línea de puntos sin dudar
Un suspiro casi imperceptible escapó de los labios de Doña Ele
olví la
Tienen lo que querían
, pero mi madre se i
cosa
ando la siguie
Siempre te di todo, Armando. Tuviste la mejor educación, los mejores lujos. A él no le di nada más q
, que me dejó sin aliento. Ella realmente creía en esa narra
entos por la noche, que me había curado las rodillas raspadas. No encontré nada. Solo
susurro. "Se trató de ti. Yo solo quería una madre.
recuperó rápidamente. La verdad era un a
tema. "Tu actitud es el problema. Y no te
correcto' ?" pre
so al frente, s
"Ve al coche y pídele perdón por el dolor que le has causado. Quizás enton
a no podían distinguir la realidad. Me pedían que me disculpara por un crimen que no cometí, con la víct
la situación e
tamente, una sonrisa
je en voz baj
iedad, buscando una salida que no fuera el portón principa
espalda. "¡No puedes simplemen
mí, sí habí
por comenzar. No tenían idea de la bomba de tiempo